CRÓNICAVisto 2127 veces — 30 noviembre 2016

La firma de un convenio entre los cultivadores con Aguas Antofagasta y Elecda permitirá que tengan agua desalinizada e iluminación para continuar con la hidroponía en el desierto.

Maritza Viza lleva cinco años trabajando como agricultora en el sector norte de Antofagasta, específicamente en Altos La Portada, donde hay otros 139 cultivadores quienes hace una década cosechan alimentos hidropónicos, como labrando el desierto. Un hito en Chile.

“Para mí fue algo impresionante porque yo vengo de familia de agricultores y trabajamos en la tierra. Pero el cambio no fue complicado, incluso es más fácil. Trabajar con agua desalinizada es muy bueno y esencial, sin agua no somos nada, es la base de la agricultura en el desierto”, sostiene Maritza.

Agua, precisamente, que tienen asegurada hasta el 2033, gracias a un acuerdo con la empresa Aguas Antofagasta, quienes le proveen diariamente del suministro proveniente del Océano Pacífico y que es potabilizado en la planta Desaladora ubicada en el sector La Chimba.

Esta agrupación de agricultores de Altos La Portada (Asgralpa) tiene 140 sitios donde cultivan diversas hortalizas, como también tomates, cebollín, ají, albahaca, lechuga y un sinfín de otros alimentos en base a la hidroponía; nada que envidiarle a la zona central del país, rica en tierras fértiles y aptas para la agricultura.

“Somos los únicos en Chile en cultivar en base a agua de mar”, enfatiza una de las fundadoras de la agrupación, Dolores Jiménez, quien firmó precisamente este acuerdo, como también una alianza con la empresa Elecda para recibir iluminación en las parcelas.

Un emprendimiento que el gerente general de la sanitaria, Fredy Zuleta, catalogó como “emblemático”, y en el que están dispuesto a apoyar para crear vida en el desierto.

“Desde hace un tiempo somos parte de este importante e innovador proyecto y esta firma de convenio es un acuerdo que refleja nuestro compromiso con los agricultores locales. El trabajo en conjunto permite el desarrollo sostenible de la región”, precisó.

Proceso

Las hortalizas y frutos nacen de una gran cama de madera de dos metros de ancho por doce de largo. En ellas se vierte 1.8 metros cúbicos de agua desalinizada para luego comenzar con el ordenamiento de almácigos o semilleros.

El agua desalinizada viene sin minerales, a conveniencia de los agricultores, ya que ellos son quienes mineralizan el caudal para dar los elementos precisos para el crecimiento de los alimentos.

“Dejamos que la planta se desarrolle por 30 días, mientras que en el caso de las hortalizas, se demoran hasta tres meses. El agua es primordial y Aguas Antofagasta nos ha apoyado para hacer sostenible este emprendimiento. El agua es la base de la agricultura de la ciudad”, concluyó Dolores Jiménez.

De esta manera los agricultores convirtieron un terreno llano en verdes parcelas en las que producen alimentos que venden a supermercados y a las personas en general. “Este convenio con las empresas es una gran ayuda, eso significa que tendremos asegurada la producción de alimentos provenientes de la hidroponía hasta el 2033”, expresó Esteban Zlatar, también socio fundador de la Asgralpa.

La Gobernadora (s) de la Provincia de Antofagasta, Loreto Nogales, explicó que el trabajo público-privado es fundamental para la concreción del emprendimiento local. “Soy una convencida que el trabajo del Gobierno Regional junto con el mundo privado es la mejor sinergia para permitir hitos como la agricultura en el desierto más árido del mundo. Hay que continuar apoyando esta iniciativa”, sostuvo.

Por su parte, el Seremi de Agricultura, Jaime Pinto, expresó que esta asociación de agricultores ha ido evolucionando en el tiempo, incluso ahora manejan tecnologías como el riego tecnificado, sistema de packing y una buena red de colaboradores, como el Gobierno Regional, Aguas Antofagasta y Elecda, quienes les ayudarán a seguir desarrollándose a través del tiempo”, dijo.

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