CULTURAVisto 4933 veces — 06 marzo 2013

La exposición fotográfica “Volviendo a la tierra”, de Cristián Ureta retrata los últimos días del campamento antes que éste fuera cerrado definitivamente.

Fue el afán de congelar en el tiempo los últimos días de la vida social, laboral y familiar de más de 25 mil personas, lo que llevó a Cristian Ureta a registrar en imágenes el paulatino desaparecer de Chuquicamata, urbe enclavada desde 1915 junto a la mina de cobre  tajo abierto más grande del mundo.

Este 8 de marzo, la ciudad sepultada por los residuos del yacimiento abrirá sus puertas para albergar esta muestra que consta de 90 fotografías. El diputado Marcos Espinosa, quien realizó gestiones para que Codelco accediera a la apertura temporal de Chuquicamata, dijo que “este tipo de trabajos de arte ayudan al rescate de nuestra memoria e identidad local”.

“Es tremendamente conmovedor aceptar que la ciudad donde muchos nacieron, trabajaron, formaron sus familias ya no exista. Esta exposición debía ser montada en el mismo lugar donde hubo vida para que tuviera mucho más sentido, y lo conseguimos. Va a ser muy importante para la comunidad este evento porque de cierta manera Chuqui revivirá en imágenes” señaló Espinosa.

Entre el 2003 y el 2005 el autor de “Volviendo a la tierra” capturó los resabios de esa forma de vida que llegaba a su fin. Ureta ha dicho que las cosas hablan por sí solas, por eso la exposición es una construcción narrativa que da cuenta de “un punto de inicio y fin sobre la tierra”.

Lo mejor de este registro se plasmó también en un libro que consta de 200 fotografías que intentan darle valor a lo que fue la vida en el campamento minero de Chuquicamata. Incluye imágenes de sus calles, los interiores de sus casas, sus habitantes y paisajes que dan cuenta de la dureza de la vida en una de las zonas más secas del mundo. También en su interior hay tres ensayos sobre el tema, uno de la historiadora Luz María Méndez, otro del arquitecto Eugenio García y un tercero del editor del libro y fotógrafo Doifel Videla.

El diputado Marcos Espinosa dijo estar embarcado en la tarea de nominar a Chuquicamata como Patrimonio de la Humanidad, por lo tanto “esta exposición constituye un hito dentro del proceso que llevamos con la Agrupación adelante con la ciudadanía, de identificación, de rescate de nuestra memoria, de poner en valor nuestro patrimonio industrial”.

Este trabajo, que es posible gracias al Fondart Bicentenario, se inaugura este viernes 8 de marzo a las 11.00 horas, en el ex campamento. Al día siguiente, la exposición se traslada al Museo Pablo Neruda de Calama, donde se mantendrá durante todo el mes.

 

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