CULTURAVisto 2154 veces — 24 agosto 2015

A 53 años de su nacimiento, la “Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta”, se erige como un bastión del arte y la cultura de nuestra ciudad, trascendiendo su quehacer y permanente creatividad al logro del reconocimiento nacional.

Nacida en el año 1962, bajo el nombre de “Teatro del Desierto”, tuvo su origen en el anhelo artístico cultural de un selecto grupo de alumnos del Centro Universitario Zona Norte, posteriormente, Universidad de Chile, sede Antofagasta.

Al poco tiempo de su creación cambió su nombre a “Compañía de Teatro de la Universidad de Chile, Sede Antofagasta”, lo que le permitió ampliar el carácter localista y posicionar al elenco a un nivel artístico nacional.

Para 1981, por la fusión de la Universidad Técnica del Estado y la Universidad de Chile, ambas sede Antofagasta, pasó a denominarse, hasta hoy en día, Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta.

Para conocer los procesos actuales de la compañía y su propuesta, conversamos con su director, Raúl Rocco Rojas, profesor de castellano de profesión, pero actor por vocación, con 35 años de labor, con una formación empírica, como él señala, desarrollada en la Compañía de Teatro, al abrigo de los maestros Ángel Lattus y Teresa Ramos.

Tomando en cuenta los 53 años que celebra la Compañía de Teatro Universidad de Antofagasta ¿cuál es su visión del perfil que actualmente sostiene  y de cómo se plantea de cara a los años venideros?

Nuestra compañía es el referente teatral por antonomasia en el norte del país. Ello, por la base sólida de su formador, Pedro de la Barra, por el apoyo vital y sostenido de nuestra Universidad en toda su existencia, por el tesón y perseverancia de los discípulos del maestro para sostener con trabajos artísticos de alta calidad, la producción de la compañía, y finalmente, por la formación de un público que lo aprecia y defiende. Somos la única compañía teatral con elenco estable del país y el reconocimiento a nivel nacional, por su tarea cultural, es valorado y aplaudido.

En la actualidad y desde su visión ¿cuál es el enlace y retroalimentación que la compañía puede  obtener  de la apertura de la carrera de Artes Escénicas en la UA? Considerando el potencial que adquiere el hecho de la llevar el oficio a la academia.

La carrera de Artes Escénicas nace como consecuencia lógica de nuestra historia teatral en la universidad y la región. Así, el enlace está dado desde su origen y ya algunos de nosotros estamos considerados en algunas cátedras de la carrera. Para estos alumnos, el teatro Pedro de la Barra se convertirá en la principal cancha de fútbol, donde esperarán hacer su debut y meter sus primeros goles. De allí saldrán los que puedan continuar la tarea dejada por el Maestro de la Barra, fortalecidos de conocimiento y técnicas, que harán crecer el producto artístico con identidad regional y el peso de la historia.

¿Cómo ha sido el último periodo de vida de la compañía, considerando su carácter de oficio en primera instancia, desarrollo profesional de parte de sus integrantes, labor cultural y propuesta artística?

Ha sido un período complejo. Desde la asunción de Alberto Olguín a la cabeza, por allá por el 2005, su período fue marcando un sello de mucha creación propia, con grandes y novedosas puestas escénicas. Tuvimos la oportunidad de experimentar, junto con él, propuestas atrevidas que siempre llegaron a buen puerto. Desde el punto de vista administrativo, se fueron logrando algunas metas importantes y, quizás, la más aplaudida, fue la consecución del Proyecto de Remodelación de nuestro edificio. Hoy nos encontramos con un elenco maduro, una sola actriz y donde el material humano joven, hay que buscarlo afuera y depender de sus tiempos. Nuestra esperanza, que se presenta en estos dos años en que estoy a cargo del timón, es la Remodelación del teatro, ya que ello obligará a nuestra Universidad a reforzar con savia nueva, al equipo de actores. En la parte técnica, afortunadamente hay en el equipo, gente inquieta que está perfeccionándose con los cursos que dicta el Consejo de Cultura y los resultados están siendo óptimos. Ellos serán de vital importancia en el funcionamiento de la Técnica de nuestra remodelada sala, que incluirá equipos de última generación.

¿Cómo ves la respuesta e interés de la comunidad frente al teatro como manifestación artística y elemento integrador de la familia antofagastina?

Tengo muy claro que el teatro, como expresión social, no se compara con la masividad que tiene, por ejemplo, el fútbol; pero en su campo, Antofagasta, a nivel nacional, es una de las plazas más importantes, después de la capital. Y ello responde a la historia de nuestra compañía. Hay mucho público de edad que nos ha seguido de toda la vida. Hay público adulto joven que proviene de nuestro permanente trabajo con estudiantes. Hay jóvenes que cada vez más se van interesando en este arte, viéndolo, practicándolo e interesándose en su desarrollo. Por esta razón, nos sentimos queridos, respetados y orgullosos de ser el referente teatral en el Norte Grande.

¿Qué factores consideras necesarios, en los que hay que trabajar, para posicionar la actividad de la compañía en una permanencia activa de aquí a 53 años más?

Afortunadamente, ya comenzamos la preparación académica del próximo recambio, que está en la carrera de Artes Escénicas de la UA. Estamos, a su vez, seduciendo a muchos jóvenes antofagastinos que han estudiado la carrera en Santiago, a que vengan  a hacer teatro acá en el Norte, que se abran campo y entreguen lo aprendido, para que la producción tenga cada vez más calidad. El estudio es esencial para el crecimiento artístico y creo que ya hay más de una generación que comienza a dar sus frutos. Y lo mejor, son de acá, del Norte. Con ellos, habrá teatro para 53 años y más.

Por último ¿cuál es tu mensaje para la ciudadanía en general, en la celebración de los 53 años de la Compañía de Teatro de la UA?

Que sigan acompañándonos como siempre; por ellos cumplimos 53 años; que lleven a sus familiares, a sus amigos, a sus vecinos. El teatro no puede hacer más que enriquecer el espíritu.

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