CRÓNICAVisto 1882 veces — 08 mayo 2017

Expertos advierten deterioro del cielo nocturno para la astronomía y el astroturismo si no se cumplen normativas de iluminación.

“Iluminar el suelo, no el cielo” es el concepto técnico acuñado por la astronomía para preservar los cielos oscuros. Implica evitar la contaminación lumínica, una especie de “luz basura” que pone en riesgo la excepcional calidad del cielo nocturno del norte chileno, especialmente en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, donde operan los telescopios más grandes y avanzados del planeta.

Y esa “basura luminosa” originada principalmente en centros poblados -un verdadero desperdicio de la luz que escapa hacia el cielo-, también podría llegar a impedir ver las estrellas desde los observatorios turísticos y a simple vista o a “ojo desnudo”, tal como ya ocurre con un tercio de la población del planeta que no puede visualizar la Vía Láctea ni las Nubes de Magallanes, de acuerdo al último Atlas Mundial de Contaminación Lumínica.

Megaproyectos astronómicos

El tema preocupa a la comunidad astronómica internacional que proyecta invertir US$ cuatro mil millones en la próxima década en diversos megaproyectos -en construcción en el norte chileno-, con telescopios colosales que concentrarán el 70 por ciento de la capacidad observacional del planeta.

Entre ellos, por nombrar los más grandes, figura el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), en el cerro Armazones, en Antofagasta; el Telescopio Gigante Magallanes (GMT), en Atacama; el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST) en Coquimbo y el Conjunto de Telescopios Cherenkov de Rayos Gamma y el Telescopio Chino de 6 metros, en las proximidades de Paranal, en Antofagasta.

Seminario lumínico

Precisamente, para capacitar a las autoridades regionales, sectoriales, municipalidades y empresas privadas, se dictará el 11 de mayo próximo, en el campus central de la Universidad del Norte de Antofagasta, un seminario sobre las normas ambientales vigentes que regulan la iluminación en los cielos nortinos.

Dichas normas regulatorias se aplican en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, y los infractores arriesgan multas pecuniarias que podrán aplicarse mediante un proceso de fiscalización que observará su estricto cumplimiento.

En términos medioambientales, la contaminación lumínica es el resplandor o brillo producido por la difusión de la luz artificial al punto de disminuir la oscuridad nocturna y, como consecuencia, reduce y hasta puede hacer desaparecer la observación de la luz de las estrellas y otros objetos astronómicos, explica Pedro Sanhueza, Jefe de Oficina de Protección de la Calidad del Cielo (OPCC).

El Director de la Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación, embajador Gabriel Rodríguez García Huidobro, explica que los cielos son un recurso natural y constituyen un laboratorio al aire libre para el desarrollo de la ciencia astronómica y puede constituir también un recurso económico para el salto al desarrollo del país.

Pero, asimismo, advierte que la condición natural del cielo nocturno chileno se ve amenazado por la contaminación lumínica y que deben hacerse todos los esfuerzos necesarios para elevar el nivel técnico de la iluminación para evitar su deterioro.

Normas de iluminación

Por la misma razón, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile fue pionero a nivel mundial para crear una norma ambiental destinada a prevenir la contaminación lumínica en los cielos de las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, vigente desde 1999 y con una actualización ampliada desde el 2015.

Paralelamente, la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo (OPCC), según recuerda su jefe, Pedro Sanhueza, tiene la misión de apoyar la implementación de esa normativa de protección del cielo nocturno en el norte del país.
Esta oficina de carácter técnico y educativo data del año 2000 y se constituyó mediante un convenio entre el Ministerio del Medio Ambiente y las principales organizaciones astronómicas internacionales que operan en el norte chileno.
Junto con apoyar, difundir y educar acerca de la implementación de la recientemente aprobada Norma de Emisión para la Regulación de la Contaminación Lumínica –Decreto Supremo N° 043-, asesora en las instalaciones de sistemas de iluminación de exteriores compatibles con la mantención y mejoramiento de las condiciones de oscuridad del cielo nocturno del norte de Chile, explica Sanhueza.

Y agrega que actualmente el país, con apoyo de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS), los observatorios internacionales y las universidades chilenas, además del gobierno chileno, están promoviendo ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el reconocimiento de los cielos chilenos como Patrimonio de la Humanidad.

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