CRÓNICAVisto 2598 veces — 24 noviembre 2014

Gracias al oportuno aviso de una vecina, el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, de Antofagasta  pudo  recuperar un polluelo de aguilucho  de dos semanas de vida que había sido abandonado en Quillagua.

El ejemplar que se encontraba en  buenas condiciones de salud, fue estabilizado y  ha recibido durante estos días  todos los cuidados necesarios para mantenerse vivo, un arduo y complejo trabajo que han realizado los inspectores e inspectoras que están a su cuidado,  pues al igual que todo bebé, debe ser alimentado cada cuatro horas y mediante un sistema bastante particular; se manipula un títere que simula ser su  madre. Esta técnica es utilizada para que el ejemplar no se acostumbre a la presencia del ser humano y así poder  asegurar que su regreso a la vida silvestre sea un éxito.

“Estamos realizando las acciones necesarias para lograr la total estabilización del ejemplar en nuestro servicio, la idea es que  prontamente sea entregado a un centro especializado de rehabilitación, lugar en donde los especialistas decidirán si cumple con los requisitos para ser liberado en su medio natural o bien deba permanecer en cautiverio”,  indicó la Directora Regional del SAG, Angélica Vivallo.

El aguilucho, Buteo polyosoma, es una especie protegida por la Ley de Caza n°19.473 que en su artículo tercero establece dos criterios para su protección; es considerada una especie beneficiosa para el desarrollo silvoagropecuario y es considerada benéfica para el equilibrio de los ecosistemas naturales.  Esta especie  de aguilucho es la más común en Chile, son aves de rapiña fornidas y de alas anchas, pueden ser vistas a menudo durante el mediodía planeando en las térmicas (corrientes de aire caliente). Para identificar a los aguiluchos, hay que fijarse en el patrón de la cola, en la presencia o ausencia de una  barra oscura casi en  la punta de ésta.

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