Gracias al oportuno aviso de una vecina, el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, de Antofagasta pudo recuperar un polluelo de aguilucho de dos semanas de vida que había sido abandonado en Quillagua.
El ejemplar que se encontraba en buenas condiciones de salud, fue estabilizado y ha recibido durante estos días todos los cuidados necesarios para mantenerse vivo, un arduo y complejo trabajo que han realizado los inspectores e inspectoras que están a su cuidado, pues al igual que todo bebé, debe ser alimentado cada cuatro horas y mediante un sistema bastante particular; se manipula un títere que simula ser su madre. Esta técnica es utilizada para que el ejemplar no se acostumbre a la presencia del ser humano y así poder asegurar que su regreso a la vida silvestre sea un éxito.
“Estamos realizando las acciones necesarias para lograr la total estabilización del ejemplar en nuestro servicio, la idea es que prontamente sea entregado a un centro especializado de rehabilitación, lugar en donde los especialistas decidirán si cumple con los requisitos para ser liberado en su medio natural o bien deba permanecer en cautiverio”, indicó la Directora Regional del SAG, Angélica Vivallo.
El aguilucho, Buteo polyosoma, es una especie protegida por la Ley de Caza n°19.473 que en su artículo tercero establece dos criterios para su protección; es considerada una especie beneficiosa para el desarrollo silvoagropecuario y es considerada benéfica para el equilibrio de los ecosistemas naturales. Esta especie de aguilucho es la más común en Chile, son aves de rapiña fornidas y de alas anchas, pueden ser vistas a menudo durante el mediodía planeando en las térmicas (corrientes de aire caliente). Para identificar a los aguiluchos, hay que fijarse en el patrón de la cola, en la presencia o ausencia de una barra oscura casi en la punta de ésta.