En 1942, se instituyó en Chile el 21 de septiembre como el Día de la Radio, recogiendo la tradición, que consistía en que la mayoría de las radios daban ese día como descanso tras las afanosas jornadas de transmisión de la parada militar y los eventos dieciocheros.

Después de casi medio siglo, se declaró por Decreto Supremo de 1991, el “Día Nacional del Trabajador de la Radiodifusión Sonora”.

La radio cumplió en Chile 91 años de vida. Arturo Salazar y Enrique Sazié fueron sus precursores. Juntos, organizaron la primera transmisión radial en nuestro país, evento que se desarrolló en el hall del diario “El Mercurio”. Con la marcha “It’s a long way to Tipperrary” se dio inicio a los ochenta y cinco años de radiofonía chilena. La primera transmisión tuvo un alcance de 100 kilómetros y fue escuchada en La Moneda, la Escuela de Artes y Oficios y en Puerto de Valparaíso.

Unos años más tarde, en la década del 30 nacieron con gran éxito los radioteatros siendo “La Enemiga” el primero de muchos. “Adiós al Séptimo de Línea”, “Topaze en el Aire”, “La Familia Chilena”, “El Derecho de Nacer”, “Lo que Cuenta el Viento”, “El Siniestro Doctor Mortis” -primer radioteatro de terror en Chile, aparecido a mediados de los 40-, “La Tercera Oreja” y “Radiotanda” conformaron la época de oro del radioteatro en Chile, cuyo apogeo ocurrió entre los años 50 y 70, tiempo en que además de entregar entretención incluyeron elementos culturales, históricos y de política contingente.

Figuras como Luis Marino, autor del Doctor Mortis que falleció a mediados de junio de este año, Marta Ubilla, María Llopart, Ester Soré, Ana González, Williams Rebolledo y Sergio Silva, integran la larga lista de íconos de este formato.

Durante la década del 60 la radio experimentó un antes y un después. Frente a la masificación de la televisión muchos vaticinaron el fin de este medio de comunicación, sin embargo, la radio reorientó y segmentó su programación y amplió sus emisiones en frecuencia modulada aprovechando las demandas no cubiertas por la televisión, complementándose perfectamente con ella.

Hoy la radiodifusión chilena cuenta con un respaldo y valoración ciudadana inigualables, posee la mayor cantidad de radios por habitante en Latinoamérica y goza de una cobertura nacional completa con una oferta programática diversa y muy valorada por la audiencia.