SALUDVisto 1341 veces — 07 abril 2020

Los trastornos respiratorios se configuran como uno de los principales problemas de nuestro sistema de salud durante otoño e invierno; los virus de la influenza, el respiratorio sincicial, la parainfluenza o el adenovirus han sido los responsables más frecuentes de éstos en temporadas pasadas. Además, este año tenemos que sumar la nueva amenaza que está afectando a todo el globo, el coronavirus (COVID-19), que puede causar serios trastornos respiratorios, además de complicaciones renales en ciertos casos. Todas estas afecciones pueden ser mortales de no tratarse a tiempo y en la forma adecuada.

Pero, ¿podemos prevenirlas? De acuerdo a Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, existen medidas preventivas para su propagación, pero ninguna de ellas aseguraría el no padecerlas, ya que sus formas de contagio son a través de secreciones respiratorias generadas por actos simples como hablar, llorar, toser o estornudar. “Además, las condiciones ambientales de esta época como el frío, ambientes con nula o poca ventilación y calefaccionados, y la cercanía física, son ideales para la transmisión de estos agentes patógenos”, señala.

No obstante, y como ha señalado la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales, es fundamental seguir estas medidas para evitar –entre otras- las infecciones respiratorias de origen bacteriano, que resultan de las complicaciones de estos virus.

La vacuna contra la influenza es una de las principales medidas para “preparar” al cuerpo a combatir algunas de las cepas de este virus. “Si bien la vacuna no garantiza que no te enfermes, los síntomas y duración del cuadro serán más leves si el cuerpo tuvo el tiempo de generar anticuerpos para combatirla”, indica Molina. En este sentido, se prevé una fuerte temporada para este virus, considerando los datos del Centro de Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, que cifra en más de 6,5 millones los contagiados con influenza este invierno en el país del norte.

Lavarse las manos periódicamente, toser o estornudar cubriéndose con el antebrazo o un pañuelo desechable, evitar lugares encerrados o con mucha calefacción, mantener aseados y sanitizados los lugares donde habitualmente se está o transita, y evitar tocarse la cara –nariz, boca y ojos, principalmente- con las manos sucias, son algunas medidas de higiene básicas que podrían ayudarnos a bajar las probabilidades de contagio.

No obstante, si a pesar de estas medidas adquieres alguno de estos agentes, se debe evitar la automedicación, ya sea con fármacos o remedios caseros. La facultativa señala que en el caso de las afecciones virales, no existen medicamentos para tratarlas directamente, pero sí para el manejo de la sintomatología -como la fiebre, la congestión nasal o dolores de cabeza-, “por tanto, de nada servirá ingerir antibióticos (cuya venta sin receta médica es ilegal) o hierbas milagrosas para sanarse, ya que esto solo podrían causar resistencia a los antibióticos o efectos adversos, puesto ninguna hierba es inocua para el organismo en términos químicos”.

De acuerdo a la evidencia científica respecto a la influenza y los últimos acontecimientos relacionados al coronavirus, existen grupos de riesgo que deben ser más cuidadosos y precavidos para evitar complicaciones respiratorias severas que generan –en muchos casos- la muerte de estos pacientes. “Los enfermos crónicos, infantes menores de 5 años, embarazadas, adultos mayores y pacientes inmunodeprimidos podrían verse más afectados que otros -sobre todo los dos último-, a los que han pertenecido gran parte de las víctimas fatales del Covid-19 en el hemisferio norte”, enfatiza la farmacéutica.

Pero no podemos caer en pánico ante esta amenaza. Las cifras de la OMS indican que la tasa de mortalidad del Covid-19 sigue siendo baja en comparación con otros virus que circulan durante la temporada invernal o enfermedades que se han transformado en pandemias, alcanzando cerca de un 3%.

Por último, es indispensable que ante la aparición de síntomas de alguna de estas enfermedades, se acuda a un centro asistencial donde se pueda determinar el agente patógeno y el facultativo indique el tratamiento pertinente a la condición de cada paciente. “Ahora, si la sintomatología se agrava, el paciente debe acudir a un centro de urgencias para un manejo especializado del cuadro, evitando complicaciones que pueden generar un compromiso general del paciente y hasta la muerte”, finaliza Molina.

Cabe señalar que en el caso del coronavirus, se deben incluir medidas especiales como asistir al centro de salud con mascarilla, siempre que exista la sospecha de tener el virus, y cumplir efectivamente el aislamiento o la cuarentena durante el tiempo indicado por las autoridades sanitarias.

 

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