CRÓNICAVisto 2052 veces — 13 agosto 2018

“No soy ni somos mensajeros del Gobierno o Municipalidad, ni de Santa Marta. Sólo queremos soluciones y trabajar con dignidad, lo que hoy en el basural de La Chimba nunca vamos a poder encontrar”, precisa Francisco Figueroa, presidente del Sindicato de Recolectores de La Chimba en el vertedero de Antofagasta. Explica que detrás de él hay 200 personas, por ende 200 familias, que anhelan mejorar su calidad de vida, y están convencidos que esto empezará el día que empiecen a trabajar en el futuro Relleno Sanitario Chaqueta Blanca.

El dirigente resalta que, lamentablemente, esto no es cuestión de una semana o un mes, dado que requieren ser capacitados por la empresa. También cuenta que debieron tomarse el basural La Chimba para ser escuchados, donde se está firmando un compromiso con el municipio y también fueron recibidos por autoridades de Gobierno, quienes atendieron todas sus consultas, pero que están cansados de que “se pasen la pelota entre municipio y Gobierno”.

-          ¿Cuántas personas y familias hay detrás del trabajo que ustedes realizan?

“En la actualidad trabajamos más de 200 personas, quienes laboramos en forma intercalada, pero detrás de estas personas hay familias; sobre todo hay muchas mujeres que trabajan y son jefas de hogar, es decir, llevan el sustento a sus casas”.

-          ¿Cómo define su situación actual?

“Es pésima, porque siempre hemos estado solos. Sólo con la movilización de ayer fuimos recibidos por el municipio e intendencia. Con la municipalidad se llegó a un acuerdo y se firmó un documento, pero, mayormente, es la incertidumbre por el proyecto de Chaqueta Blanca, porque por cosas técnicas no dejan a esta empresa funcionar. Lo peor, que nuestras instalaciones están listas, al igual que el relleno. En la intendencia nos explicaron que aspectos técnicos impiden su apertura”.

-          ¿Qué le ha dicho la empresa Santa Marta?

“Que son detalles mínimos. No tengo nada que decir de ellos, porque siempre nos responden nuestras consultas”.

-          ¿Cómo le afecta la no apertura de Chaqueta Blanca?

“Nos afecta en el aspecto de la dignificación de nuestro trabajo. Porque al cambiarnos para allá trabajaremos con mayores medidas de seguridad, con capacitación para mejorar nuestro trabajo”.

-          ¿Se sienten pasados a llevar por toda esta situación?

“Obvio, porque nosotros estamos considerados desde el inicio del proyecto, pero como no se abre y con la discusión entre Gobierno y municipio, lamentablemente, termina afectando como siempre al más desvalido, que en este caso somos nosotros… lo cierto es que somos los más perjudicados”.

-          ¿Cómo califica las actuales condiciones en que trabajan en el vertedero La Chimba?

“Trabajamos de manera indigna, en el piso, recolectando desde el suelo cuando los camiones botan las cosas. Si bien hemos trabajado por años así, con Chaqueta Blanca nuestro trabajo mejorará notablemente. Por eso, nuestra gente está entusiasmada, porque nos darán medidas de seguridad, nos organizarán para trabajar como equipo y en grupos”.

-          ¿Se descartan nuevas movilizaciones?

“Depende del resultado del acuerdo con el municipio, porque nuestro objetivo principal es salir del basural La Chimba. Nosotros estamos peleando por nuestra calidad de vida. Lo que haga Santa Marta o las diferencias entre el municipio y gobierno, no son mi tema, a mí no me vengan con eso, porque yo veo por mi gente. De hecho, no somos mensajeros o voceros de nadie. Nos interesa que el Gobierno y municipio saquen esto adelante con Santa Marta. Ya nos tiene cansados el mismo discurso de que las partes se echen la culpa entre ellos”.

-          ¿Hay plazos para la apertura de Chaqueta Blanca?

“Para nosotros sería maravilloso dentro de 1 ó 2 meses, porque cambiaría nuestra fuente laboral, pero no sé con exactitud, porque a nosotros requieren empadronarnos y capacitar, así que ojalá sea en tres meses”.

De esta forma, el presidente del Sindicato de Recolectores de La Chimba de la comuna de Antofagasta, expone el anhelo y la esperanza de 200 familias que hoy están expectantes a las gestiones de las autoridades para cumplir con el sueño de trabajar en un lugar digno, donde se reconozca el aporte de su gente al medio ambiente y, por sobre todo, que la sociedad antofagastina en su conjunto les mire de otra forma, sin estigmatismos y libre de discriminaciones.

La historia de Francisco y su gente, como le dice cariñosamente él a sus socios, es sin lugar a dudas una arista más que relevante en el complejo escenario que enfrenta por estos días el proyecto Chaqueta Blanca, que -pese a estar construido hoy- no puede entrar en operación.

Se trata de una obra clave en la gestión ambiental de este territorio, ya que viene a entregar solución definitiva a una problemática ambiental histórica de una de las comunas más ricas del país como lo es Antofagasta.

 

 

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