EDUCACIÓNVisto 2796 veces — 16 marzo 2013

Empanadas y pizzas. Distintos tipos de pan (hallullas, marraqueta, focaccia, con distintas especias y saborizantes entre otros). Estas son las exquisiteces que fabrican con sus propias manos, un grupo de alumnos de la Escuela Diferencial E-77 que forman parte del taller de amasandería y que está pronto a finalizar para que reciban sus respectivos certificados.

Gracias a la gestión de la Corporación Municipal de Desarrollo Social y el mundo privado, se pudo implementar un moderno taller en el que 13 jóvenes confeccionan diferentes productos que anhelan comercializar en un futuro cercano, una vez que consigan las autorizaciones respectivas.

Las capacitaciones se realizan desde el año pasado, gracias a la gestión de CMDS, Minera Escondida, Sodexo y la Escuela E-77. Fruto de esta alianza, se pudo implementar un taller de última generación que se encuentra a un nivel del mercado competitivo que tuvo un costo de 40 millones de pesos.

Carlos Alcayaga, orientador de la Escuela Diferencial, comentó que el objetivo de esta iniciativa es “generar en ellos expectativas de futuro. Nuestros niños y jóvenes tienen posibilidades de insertarse en el mundo laboral pero queremos ayudarlos para que lo hagana nivel familiar, creando microempresas. Esto responde a esa necesidad, capacitarlos para que los jóvenes que no pueden ingresar a una empresa, puedan generar su propio negocio en familia”.

Los jóvenes participan con entusiasmo en el taller. Conocen todo el procedimiento antes de preparar los alimentos. Mascarillas, delantales y malla para el pelo no pueden faltar antes de iniciar la jornada que es liderada por el chef Cristián Jiménez de la empresa de capacitación Trainning. “Nos especializamos en hacer capacitaciones y es primera vez que trabajamos con niños de una escuela especial. Ha sido espectacular, maravilloso. Estoy conforme y sorprendido con los resultados, aprenden bien, no olvidan las recetas”, dijo el chef.

César Araneda y Maritza Gutiérrez, son dos de los alumnos que participan del taller y están felices. Dicen que es muy interesante, que han aprendido bastante y que esperan seguir preparando estas exquisiteces.

El objetivo en el corto plazo, es vender pan y otros alimentos preparados en la amasandería, para comprar los insumos y poder auto sustentar este innovador proyecto que es fruto de esfuerzo, pasión y dedicación.

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