CRÓNICAVisto 627 veces — 15 octubre 2025

Más de 10 años de sus ingresos totales debe destinar una familia para acceder a una vivienda en Antofagasta.

Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Antofagasta dio a conocer el Informe de Vivienda Pública 2024, documento elaborado por el Comité de Vivienda y la Unidad de Estudios del gremio local, en el que abordan la evolución habitacional en la región entre el periodo 2014 y 2024, analizando las brechas y planteando propuestas para disminuir el déficit existente.

De acuerdo al informe se estima que la Región de Antofagasta tiene un déficit de 50.847 viviendas, compuesto por el déficit cuantitativo de 37.123 unidades (16.811 familias en situación de allegados por incapacidad financiera, 14.388 familias que habitan vivienda en carácter irrecuperable, y 5.924 familias que viven como allegados y/o hacinados), más 12.824 correspondiente a familias que viven en campamentos, y 900 para personas en situación de calle.

“Lo que demuestra el Informe de Vivienda Pública es que, pese a los esfuerzos que ha hecho la autoridad para disminuir el déficit habitacional, todavía queda mucho trabajo por hacer y es necesario acelerar la marcha con más acciones que complementen al Plan de Emergencia Habitacional, como pueden ser que las políticas habitacionales tengan un componente de acuerdo a la realidad regional, fortalecer la alianza publica privada para atender con mayor fuerza los programas de sectores medios, generar incentivos regulatorios en post de una regeneración urbana, generar una mesa de coordinación intersectorial o abriendo la puerta a otros modelos de acceso como la vivienda para arriendo, formación de cooperativas, vivienda rural o la construcción de micro condominios”, indicó el presidente del Comité de Vivienda, Thomas Müller Esparza.

SUBSIDIOS

El estudio también destaca que en el periodo 2014 – 2024 el 44% de los subsidios otorgados han sido efectivamente pagados. De este número se desglosa que, en el caso de los subsidios para sectores vulnerables de 14.128 subsidios otorgados, se pagaron 8.544, mientras que, de los subsidios para sectores medios y emergentes, de 13.377 otorgados, solo 3.521 se pagaron. Este último evidencia la falta de proyectos de integración social DS19 para satisfacer la demanda de sectores de clase media – emergente.

A su vez, el estudio expone que, en relación al anterior Informe de Vivienda del año 2020, aumentó a 1.078 el promedio de viviendas terminadas por año (2014 al 2024). De este número el mayor porcentaje de subsidios en la región está integrado por el DS49 que alcanza las 6.082 unidades, mientras que el subsidio de integración social DS19 registra un total de 3.189 unidades.

Otro aspecto importante a considerar es que de los 43 proyectos DS49 y DS19 analizados, cuyos permisos de edificación se otorgaron entre los años 2016 y 2024, solo 2 están situados en el sector centro de la ciudad, mientras que los otros 41 están ubicados en el sector norte alto, sin conexión vial, escasas áreas verdes y de esparcimiento, contraviniendo lo que busca el programa DS19 cuyo objetivo es que las familias obtengan su primera vivienda en barrios bien localizados, cercanos a servicios, equipamiento, seguridad y áreas verdes.

Ante esto el presidente del Comité de Vivienda explica que “es necesario el trabajo en conjunto con el objetivo de identificar zonas para el desarrollo de nuevas viviendas en zonas pericentrales de la ciudad, favoreciendo la regeneración urbana y la recuperación de zonas factibles para construir viviendas. También es necesario ampliar la oferta actual de viviendas en aquellas zonas pericentrales de mayor inversión pública para dar soluciones habitacionales a la población, y acotar los actuales déficits y niveles de hacinamiento existentes”, señaló Müller Esparza.

PLAN DE EMERGENCIA HABITACIONAL

Respecto al Plan de Emergencia Habitacional, el informe señala que, de la meta fijada por el Gobierno de construir 17.400 viviendas a marzo 2026, a la fecha se han terminado 32% unidades habitacionales (5.641), hay otro 22% en ejecución (3.847), y 31% (5.347) por iniciar obras, resultando con 14.862 viviendas terminadas a marzo 2026.

NUDOS CRÍTICOS

Entre los principales nudos críticos o brechas que impactan en el déficit de vivienda identificados en el informe, están la falta de planificación sobre el desarrollo y crecimientos de las cuidades en coordinación entre los distintos organismos del estado producto de la burocracia y sobrerregulación del sector vivienda, sumado a la prioridad de parte del nivel central por el sector minero y energía, valor del suelo y las dificultades de inversión por parte del sector privado.

VIVIENDA NO ASEQUIBLE

A partir del año 2013 se observa una brecha creciente entre los precios de la vivienda y los ingresos en la región, de ahí que resulta interesante analizar la cantidad de años que una familia debe destinar la totalidad de sus ingresos mensuales para poder financiar la compra de una vivienda promedio. El Price Income Ratio (PIR), es un índice internacional que mide precisamente esta relación entre el precio promedio de las viviendas y el ingreso promedio de los hogares.

Tomando como referencia el PIR, actualmente en la Región de Antofagasta una familia debe destinar el total de sus ingresos mensuales durante 10.9 años para optar a una vivienda, este número es cercano al promedio nacional de 11.4 años, calificándola como No Asequible.

Para Müller Esparza, presidente del Comité de Vivienda, esta situación pone en evidencia que la región no ha sido capaz de desarrollar soluciones habitacionales para el 90% de la población, tomando en consideración la realidad del mercado de la vivienda.

Como un ejercicio práctico se toma en cuenta la simulación de un crédito hipotecario a través del sitio de la Comisión de Mercado Financiero, donde un proyecto DS19 con un precio de venta de 2.800 UF, menos las 650 UF que aporta el subsidio y el ahorro de 80 UF que pide el programa, deja un saldo a financiar de 2.070 UF. El resultado es un crédito hipotecario a 20 años con un dividendo de $560.775.

Al analizar qué porcentaje de la población regional podría optar a una vivienda, tomando como base el ingreso de trabajo promedio según la CASEN 2022, solo el 10% de la población cumple con el requisito de ser sujeto de crédito hipotecario dado que la banca pide tener una renta cuatro veces el valor del dividendo, es decir, $2.243.100, dejando al 90% restante de la población sin acceso.

SUBSIDIO DE ARRIENDO

Asimismo, el informe analiza el subsidio de arriendo DS52, el cual no ha logrado generar el impacto deseado ni las mejoras en movilidad social de sus beneficiarios, requiriéndose un nuevo modelo de vivienda subsidiada en arriendo que permita acceder a viviendas mejor localizadas y con mayores atributos urbanos. Según el análisis realizado los resultados indican que, de un total de 1.998 subsidios otorgados (desde el año 2014 al 2024), se han pagado efectivamente 649 subsidios, lo que corresponde al 32% del total.

PROPUESTAS

Finalmente, desde el gremio se levantan algunas propuestas para acelerar la construcción de vivienda, y de esta forma avanzar más rápidamente en la reducción del déficit habitacional:

• Suelo: Promover un crecimiento urbano armónico, impulsando planes de densificación equilibrada en torno al centro de la ciudad y sectores subutilizados de regeneración urbana y subcentros urbanos, que es donde mayormente las personas buscan vivir, definiendo densidades mínimas para los proyectos que se emplacen en estos lugares.

• Planificación Considerando una solución de largo plazo resulta necesario planificar conjuntamente la futura demanda por viviendas y suelo con acceso a equipamientos públicos y privados, principalmente buscando elevar el bienestar territorial en las zonas más carentes o deterioradas de las ciudades de la región. El crecimiento de las ciudades ha impuesto importantes desafíos de planificación y gestión que permitan coordinar su desarrollo sostenible y administrar las externalidades que ello conlleva. Sin embargo, el sectorialismo y la debilidad de instrumentos vigentes, no permiten coordinar las actividades normativas, de gestión e inversiones requeridas a través de los distintos niveles de planificación del desarrollo urbano.

• Política Habitacional: Es necesaria una revisión de los programas de la política habitacional buscando adaptarse a las características y necesidades de las familias de la Región de Antofagasta. A su vez, evaluar de mejor manera la aplicabilidad de los subsidios de las familias. Estrategias como fomentar aún más el subsidio de integración social y territorial, y el subsidio al arriendo, son alternativas que van en la línea de solucionar esta problemática. Para esto también se debe trabajar en conjunto con las autoridades para generar incentivos para que más proyectos de integración social y territorial puedan desarrollarse en la región haciendo crecer la alianza público-privada en pro de apoyar la disminución del déficit y dar atención a los sectores medios. Un ejemplo es que ningún proyecto de este programa se ha presentado a postulación en Calama, mejillones, Tocopilla y Taltal.


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