Cerca del 10% de la población presenta algún tipo de desequilibrio relacionado con los dientes y el rostro. Las malformaciones más comunes son la Clase II, que en términos simples se refiere a las personas que tienen la mandíbula más atrás y su maxilar más adelante. Popularmente se les conoce también como “caritas de pájaro”. La otra afección se denomina Clase III, son aquellas personas que poseen la mandíbula más adelante y su maxilar estámás atrás, se les conoce como “papiches”.
Un tema que el doctor Cristián Venables, cirujano maxilofacial del Hospital Dipreca, conoce de cerca. Hasta su consulta llegan frecuentemente personas que quieren modificar esta condición para lograr la mordida perfecta. No sólo se trata de un tema estético, sino que también funcional.
Sylvia Mella (57) recurrió al doctor Venables para que corrigiera su mandíbula y maxilar, ella tenía la afección Clase III esqueletal. Sylvia siempre había tenido problemas en la dentadura, solía decir que tenía todas sus piezas con minifalda, porque se le subían las encías, lo que le ocasionaba mucho dolor al consumir alimentos muy fríos y muy calientes.
Pero además, Sylvia tenía la mordida al revés, y esto acarreaba problemas funcionales como que no podía comer alcachofas ni choclo, tampoco podía cortar la carne, la fruta ni pensarlo, morder una manzana jamás. Además refería dolor en la articulación maxilar y de oído, entre otras molestias.
Sus motivaciones claramente iban más allá de lo físico. “El tema estético no era la prioridad, sino que mejorar mi calidad de vida. Sentí que después de una vida de preocuparme por sacar adelante a mis hijos, ahora era mi turno de darme un regaloneo, empezar a preocuparme de mí, de disfrutar”, señala Sylvia.
En noviembre de 2012 se le realizó la cirugía ortognática, y ahí comenzó su cambio de vida. Además de enderezar su mandíbula, le corrigieron la nariz. Hecho que tiene a la paciente más que contenta. Ahora sólo espera con ansias que llegue el mes de agosto pues ahí le sacaran los braquets y será la culminación de un proceso que la transformó por dentro y por fuera.
UN CAMBIO REAL Y ARMONICO
El doctor cuenta que a sus pacientes les cambia radicalmente la vida cuando enfrentan esta operación. No sólo se sienten mejor físicamente, sino que también en términos psicológicos. Les cambia la vida, son más optimistas, más seguros de sí mismos y enfrentan las situaciones cotidianas de un modo distinto.
En niños y adolescentes, tener malformaciones en la mandíbula es aún más complejo. Muchos niños son víctimas de bullying en sus colegios, prefieren esconderse, ocultan parte de su rostro con el cabello.
Romina Correa (16) tenía “carita de pájaro” o Clase II. Ella poseía dificultades para respirar y en las noches roncaba. Situación que de no haber sido corregida con la operación, habría ido empeorando a lo largo de los años. Incluso muchos pacientes que tienen esta afección llegan a usar Cpap (instrumento que proporciona aire a la vía aérea durante las noches). Otra de las consecuencias que pueden presentar estos pacientes es dificultad para hablar, respirar, masticar o morder los alimentos, apneas del sueño, entre otras.
“La operación no sólo cambió mi aspecto físico, sino también mi personalidad. Si hasta me empezaron a llover los pretendientes”, cuenta risueña la adolescente.
Romina se operó y hoy se siente más linda y realizada. Incluso cerca de su lugar de origen, Dichato, tienen intenciones de postularla a reina de esa localidad.
El doctor Venables avanzó la mandíbula de Romina 5 cms. aproximadamente. “Avanzamos y rotamos el maxilar superior, lo cual implicó un aumento en la punta nasal. Pareciera que le hubiéramos operado la nariz, pero simplemente le adelantamos el maxilar y al rotarlo, la punta de su nariz subió”.
En muchas ocasiones, los pacientes con estas patologías enfrentan problemas a nivel de la articulación temporomandibular (articulación que existe entre el hueso temporal y la mandíbula), suelen visitar al otorrino, presentan dificultades para dormir hasta que logran identificar la raíz del problema.
“Una vez que el paciente llega a nuestras manos, realizamos un análisis personalizado de las medidas del cráneo y rostro” señala Venables, (www.doctorvenables.cl). Desde que llega un paciente hasta que se produce la operación transcurren ocho meses aproximadamente. Nada es al azar. Tras la operación el paciente se va de alta en dos o tres días.


















