“Nos enteramos que existe un proceso de licitación en curso, al cual fueron invitadas cuatro empresas, las que deben presentar una propuesta para terminar las obras faltantes del Hospital de Calama. No entiendo la razón del por qué el Ministerio de Salud no realizó una licitación pública, sobretodo cuando hay miles de millones de pesos en juego” dijo el diputado Marcos Espinosa.
El parlamentario manifestó su molestia, puesto que “increíblemente luego de un estudio encargado por el propio Ministerio se habla de un 63% de avance físico y no de un 74% como señaló la Contraloría en su informe. Esto implica que ya no son 12 mil millones de pesos faltantes, sino que serían mucho más. Acá existe perjuicio fiscal, ya que por un descuido, negligencia del servicio a cargo, se desembolsará casi un tercio más de lo presupuestado originalmente”.
Además, “cabe señalar que en este tipo de casos, las empresas son reticentes a hacerse cargo de una obra a medio terminar por el riesgo que implica. Así que si sabemos que por lo menos restan unos 15 mil millones a invertir, según estimaciones del propio Ministerio, las empresas requerirán un monto mayor para costear ese riesgo, ya que para efectos legales quien termina la obra es el responsable de toda la construcción. Por tanto tampoco sabemos cuál será el monto final y total de esta obra”
Según lo informado, serían cuatro empresas las que ya habrían realizado la visita a terreno: RVC, la que ya tuvo problemas en la construcción del Hospital de Tocopilla; Besalco; Moller y Pérez Cotapos; y SAFYR. “Con todas las irregularidades que ha presentado esta construcción, se suma una licitación privada donde todo indica que el Ejecutivo estaría impulsando un ‘contrato de amarre’. No me parece ético, aunque sea legal” indicó el diputado del PRSD.
Lamentablemente, para el legislador, “en todo este proceso, los perjudicados siguen siendo los usuarios que esperan desesperadamente recibir una oportuna atención de salud. Aquí las cosas se hicieron mal desde un principio, y espero que al adjudicar en este nuevo proceso –privado y poco transparente- no se equivoquen, por el bien de Calama”.