Capital regional ocupa el lugar 50 en el ranking por comuna del ICVU promediando 40,4 como resultado de la medición de variables.
Un drástico empeoramiento de la calidad de vida urbana experimentó Antofagasta, retrocediendo 22 puntos respecto al año 2016 donde logró el puesto número 28, y aun más en comparación al 2015 cuando obtuvo el lugar 11 en el ranking. Esta es una de las principales conclusiones que arrojó el Índicador de Calidad de Vida Urbana (ICVU) 2017, elaborado por el Núcleo de Estudios Metropolitanos de Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el cual se analizan 93 comunas de Chile con población superior a 50 mil habitantes.
El estudio –que se efectúa desde el año 2011– mide seis variables; Condiciones Socioculturales, Condiciones Laborales, Vivienda y Entorno, Salud y Medio Ambiente, Ambiente de Negocios, y Conectividad y Movilidad siendo éstas tres últimas las que registraron la mayor baja en la ciudad.
En el caso de Ambiente de Negocios Antofagasta descendió de 40,5 puntos el año 2016 a 32,6 el 2017, en Conectividad y Movilidad el retroceso fue de 69,9 versus 56,9 mientras que en Salud y Medio Ambiente la baja fue de 53,3 a 38,1.
Andrew Trench, consejero nacional y presidente del Comité Inmobiliario de la CChC Antofagasta expresó que “es un resultado negativo nada alentador para la Zona Norte porque en su condición de ciudades mineras parecieran estar condenadas a presentar índices de calidad de vida urbana bajo el promedio nacional”.
“Es realmente lamentable que en materias como salud y medio ambiente, conectividad y movilidad, continuemos retrocediendo a niveles alarmantes considerando sobre todo el gran aporte a la economía país que se hace desde la región que no se ve reflejado en mejor calidad de vida para los antofagastinos sino por el contrario, demostrando que es necesario trabajar con más fuerza entre el sector público-privado para avanzar en la descentralización y cambiar esta situación para alcanzar el nivel de comunas que están en los primeros lugares del ranking como las del sector alto de Santiago o las del sur de Chile”, agregó el arquitecto.
Asimismo el directivo destacó que el proceso de actualización del Plan Regulador Comunal debiera impactar positivamente en los futuros indicadores de calidad de vida urbana, ya que como instrumento de planificación territorial buscará resolver los problemas de renovación urbana y reordenamiento e integración de las zonas consolidadas de Antofagasta.
Por su parte, Thomas Müller, presidente regional de la Cámara Chilena de la Construcción, destacó que “el ICVU deja en evidencia que pueden pasar muchas cosas en materia de desarrollo urbano y de calidad de vida urbana, por lo que resulta evidente la importancia de que las ciudades y las comunas planifiquen su desarrollo a largo plazo y cuenten con planes reguladores propios, que actualicen sistemáticamente a partir de acuerdos procesos de participación ciudadana”.
SITUACIÓN NACIONAL
A nivel nacional, el fenómeno es menos marcado. Las comunas en el rango inferior de calidad de vida urbana pasaron de 26 a 29 en los últimos cinco años, con lo que aumentó de 3,7 millones a 4,5 millones el número de personas viviendo en comunas en este rango, equivalente al 31% de la población del país. Las comunas del rango intermedio disminuyeron de 49 a 40 y las del rango superior subieron de 18 a 24.
El coordinador del equipo de trabajo de la PUC, Arturo Orellana, explicó que “lo que se observa es una ‘polarización’ de la calidad de vida urbana, puesto que en el período 2013-2017 disminuyó significativamente el número de comunas ubicas en el rango intermedio, aumentando las que se posicionan en los rangos inferior y superior de calidad de vida”. En relación al Gran Santiago, el profesional destacó que “existe una importante falencia en la provisión de bienes y servicios, tanto públicos como privados, en un creciente número de comunas, que solo algunas de ellas han logrado revertir -como es el caso de San Miguel y Macul- mediante procesos regulados de densificación y buena conectividad”.
CIUDADES INTERMEDIAS: POSITIVA EVOLUCIÓN
En las Ciudades Intermedias la situación es bastante distinta. De las 25 comunas consideras en esta categoría -aquellas con más de 50.000 habitantes y menos de 200.000, no incluidas en la categoría Ciudades Metropolitanas-, las ubicadas en el rango inferior de calidad de vida urbana disminuyeron de 8 a 2 en los últimos cinco años. Esto se traduce en una significativa contracción de las personas viviendo en comunas intermedias menos favorecidas: del 32% registrado en 2013 se llegó a solo 4,5% en 2017.
Por su parte, en igual período las comunas o ciudades intermedias ubicadas en el rango promedio de calidad de vida pasaron de 14 a 18 y las posicionadas en el rango superior, de 3 a 5. Con esto aumentó de 18% a 20,4% la población que vive en comunas del rango superior de calidad de vida urbana.
“Muchas de las ciudades intermedias han alcanzado un tamaño suficientemente atractivo como para atraer proyectos de inversión de mayor escala, los que generan encadenamientos productivos y comerciales importantes, sumado a una mayor conectividad que ha favorecido el interés de la población de mantenerlas como su residencia”, señaló Orellana.
EVOLUCIÓN EN CINCO AÑOS: CASOS DE ÉXITO
Existen comunas del país que han logrado mejorar sistemáticamente su posición en materia de calidad de vida urbana en el período 2013-2017. Al respecto, destacan las comunas de Osorno, Puerto Montt, Valdivia, Concepción y Talcahuano.
Según explica el coordinador del equipo de trabajo PUC, “todas éstas han logrado mantener sus atributos positivos a través del tiempo y, en paralelo, han podido mejorar en otras variables, principalmente asociadas a las dimensiones Conectividad y Movilidad y Vivienda y Entorno”.
Cabe destacar que los progresos en materia de calidad de vida urbana no se producen necesariamente por una mayor disponibilidad de recursos. Tal como lo explicó Orellana, “no hemos observado una correlación positiva entre calidad de vida y presupuesto municipal per cápita. Por lo tanto, si bien contar con recursos es siempre importante, también es clave la buena gestión de los recursos públicos y la acción de los privados sobre el territorio”.
Ejemplos positivos en relación a este último punto son Villa Alemana, Temuco y Puerto Montt, todas estas comunas registran índices positivos en calidad de vida sin ser de las comunas con mayor presupuesto.
ICVU 2017: COMUNAS MEJOR EVALUADAS
Por tercer año consecutivo sigue liderando el ranking de comunas con mejor calidad de vida urbana Las Condes, seguida de Vitacura y Providencia. Punta Arenas y Puerto Varas ocupan el cuarto y quinto lugar respectivamente, seguidas por Lo Barnechea, Castro, Valdivia, Concón y Ñuñoa.
Cabe destacar que Punta Arenas ha estado en los últimos cinco años entre las 20 comunas con mejor calidad de vida y en los últimos cuatro años entre las “top ten”. “Es un caso destacable porque ha logrado equilibrar todas sus dimensiones además de saber aprovechar las ventajas de crecer demográficamente en torno al promedio nacional, una base económica de desarrollo estable y menos afectos a los vaivenes de precios de los sectores productivos exportadores”, precisó Orellana.

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