SALUDVisto 336 veces — 15 octubre 2025

Aun cuando la mayoría de quienes acceden a tratamiento reporta mejoras significativas, siete de cada diez personas que presentan sintomatología no perciben la necesidad de tratarse, especialmente hombres.

El 69,7% de las personas en Chile que tuvo o tiene problemas de salud mental no buscaron ayuda o no pudieron acceder a un especialista, afectando a cerca de 1,3 millones de personas, según un nuevo apartado de la undécima versión del “Termómetro de Salud Mental en Chile Achs-UC”, elaborado por la Achs y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica. La magnitud es similar a lo observado en aquellas que tienen síntomas de depresión y ansiedad, que también superan el millón de personas.

Para la jefa de Riesgos Psicosociales de la Achs, Daniela Campos, “la baja percepción de necesitar consultar a pesar de tener síntomas de algún problema emocional es algo que se ha mantenido desde que comenzamos a medir esta variable, en 2022, y nos llama a buscar iniciativas para poder continuar fortaleciendo el acceso a salud mental y buscar soluciones a las barreras de entrada que la gente percibe para consultar”.

La experta explica que esta búsqueda de soluciones se hace imperativa porque otro aspecto que se ha mantenido en todas las rondas del estudio es el alto nivel de satisfacción, eficacia y cambios positivos en aquellas personas que sí deciden consultar.

Según Antonia Errázuriz, Directora de Salud Mental, Comunidad y Bienestar UC, “el principal factor a considerar para interpretar el alto porcentaje de personas con problemas de salud mental que reportan no sentir la necesidad de consultar es la conducta de búsqueda de ayuda. Es decir, las personas pueden experimentar malestar pero no etiquetarlo como un problema de salud mental; pueden normalizarlo o consultar únicamente cuando los síntomas son muy severos o incapacitantes. Factores como las barreras de acceso, el estigma asociado a la consulta, las estrategias de afrontamiento alternativas, los factores culturales/contextuales y la forma en que medimos en este estudio también pueden contribuir a explicar el fenómeno.”

De acuerdo con la encuesta, el 78,6% de las personas que recibieron tratamiento en salud mental en los últimos 12 meses, indicaron que el tratamiento había provocado una mejoría en su situación respecto del problema específico que les llevó a consultar. Además, se apreció una fuerte caída en los casos de quienes se sentían muy mal o bastante mal luego de iniciar un tratamiento: de un 63,9% bajaron a un 6,4% (una caída de 57 puntos porcentuales) tras consultar.

Para David Bravo, Director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, los resultados “son elocuentes en evidenciar que, si bien la política de salud pública del país apunta a abordar los problemas de acceso a la salud mental, la mayor parte del problema radica en la falta de información o educación sobre la materia y que lleva a que las personas no reconozcan los síntomas ni la necesidad de consultar a un profesional de la salud mental. Abordar este punto representa un desafío tampoco reconocido por la política de salud pública hasta la fecha.

Mujeres consultan en mayor proporción y hombres perciben mayor mejoría

Otra tendencia que se pudo evidenciar en esta nueva salida del estudio es la brecha de género en diferentes dimensiones. Según los datos, 16,7% de los encuestados consultó a un profesional de salud mental en los últimos 12 meses, con las mujeres haciéndolo en una proporción que es casi el doble de los hombres (21,8% vs 11,2%). En esa línea, el 11,5% de las personas dijeron estar actualmente en tratamiento de salud mental, con una diferencia muy similar entre ambos sexos (15,3% de las mujeres versus un 7,4% de los hombres). Además, el 16,9% de los encuestados fue recetado medicamentos por problemas emocionales, nerviosos, de salud mental o por uso de alcohol/drogas. La proporción también fue del doble para las mujeres (22,3% de mujeres versus 11% de hombres).

Esta brecha también es significativa en quienes presentan sospechas o presencia de problemas de salud mental: más del doble de las mujeres sintieron necesidad de consultar en comparación a los hombres, más del triple consultó en los últimos 12 meses y está actualmente en tratamiento. En aquellas personas con síntomas de depresión o ansiedad, las diferencias son menores.

“La amplia mayoría de quienes consultan y se tratan tienen una percepción de eficacia y cambios emocionales positivos. Esta sensación no presenta una brecha de género, recalcando la importancia de que todas las personas puedan entender los beneficios de hablar y tratar sus problemas emocionales”, explica Daniela Campos.

En efecto, la eficacia del tratamiento tiene un nivel muy similar entre hombres y mujeres, y el mejoramiento, medido por la proporción en las categorías de sentirse “bastante o muy bien”, es mayor en hombres (58 puntos porcentuales) que en mujeres (41 puntos porcentuales).

Razones para no consultar

La nueva ronda del Termómetro de Salud Mental también brindó información acerca de las múltiples razones para no consultar a pesar de sentir la necesidad de hacerlo, las cuales en su mayoría vieron una baja significativa respecto de la ronda anterior (2024). Los encuestados continuaron mostrando un consenso en que la razón principal es la “dificultad de acceso”, con un 76,3% argumentando no haber consultado por falta de recursos financieros o cobertura o por dificultades de agendamiento, duración, horario o transporte, lo que son 20 puntos porcentuales menos que el año pasado.

La alfabetización en salud mental, es decir, contar con los conocimientos sobre dónde ir o a quién consultar, fue la segunda dificultad más nombrada, con un 20,2% personas que creyó que el tratamiento no funcionaría, que demoraría mucho o declaró no saber dónde acudir para agendar una cita. La cifra fue 17 puntos más baja que lo medido en la décima ronda.

Otro elemento importante se relaciona con la confianza y autonomía de las personas, donde el 15,6% —35 puntos porcentuales menos que en 2024— mencionó que pensó que su problema se mejoraría solo, que no molestaba mucho o querer enfrentarlo por sí mismo.

La gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de la Achs, Paulina Calfucoy comenta que “es fundamental generar condiciones reales para que pedir ayuda no sea un privilegio, sino una opción disponible para todos. En ese sentido, como Achs hemos puesto a disposición de la comunidad nuestros servicios de salud mental, que conjugan una serie de iniciativas, servicios y herramientas digitales; que son parte de una estrategia integral que combina prevención, innovación y evidencia científica para acercar soluciones efectivas a más personas”.

Datos sobre el estudio

El “Termómetro de la Salud Mental en Chile Achs-UC” es un estudio longitudinal, con una muestra aleatoria de aproximadamente 2.500 individuos en esta ronda, representativa de la población nacional urbana mayor de 18 años, seleccionada a partir de una muestra representativa de hogares. Se llevó adelante a través de entrevistas telefónicas sobre una muestra de viviendas previamente entrevistadas en persona.

Sus principales indicadores en el ámbito de la salud mental están construidos a partir de metodologías internacionalmente validadas: problemas de salud mental (GHQ-12); síntomas de depresión (PHQ-9); síntomas de ansiedad (GAD-7); exposición a riesgos psicosociales (CoPsoQ); consumo de alcohol (AUDIT-C); insomnio (ISI); soledad percibida (UCLA-R).


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