La senadora de Renovación Nacional (RN), Paulina Núñez Urrutia, se consolida como una de las figuras políticas con mayor ambición y poder de influencia en la Región de Antofagasta. No obstante, su prominencia viene acompañada de persistentes cuestionamientos sobre su presunto control en la designación de autoridades y el favoritismo hacia su círculo político, una práctica conocida en Chile como “apitutamiento”.
La trayectoria de Núñez, quien escaló desde Seremi de Gobierno hasta el Senado en solo una década, se ha caracterizado por su capacidad para posicionar a figuras de su confianza en puestos clave de la administración pública regional, especialmente durante el segundo gobierno del expresidente Sebastián Piñera.
La Red de Nombramientos Clave
La influencia de la senadora se hizo especialmente palpable con una serie de nombramientos en la Intendencia y otras reparticiones. Entre los nombres más destacados que orbitaron en torno a Núñez se encuentran:
Edgar Blanco (RN): Tras suceder a Marco Antonio Díaz en la Intendencia de Antofagasta, fue calificado en la prensa regional como un “protegido” de la parlamentaria. La promoción de Blanco a Subsecretario de Minería se leyó como una muestra de la ascendencia de Núñez.
Marco Antonio Díaz Muñoz (RN): Predecesor de Blanco como Intendente Regional, su nombramiento también provino del círculo directo de Renovación Nacional en la región.
Rodrigo Saavedra (RN): Ex director regional del Serviu. Saavedra fue perfilado por la prensa como una figura “cercana a la diputada Paulina Núñez” (en ese momento diputada). Fue designado como el último Intendente de la Región de Antofagasta (enero a julio de 2021), reemplazando a Blanco, hasta la disolución del cargo.
Ambición que Traspasa lo Regional
El perfil político de Paulina Núñez no se limita a Antofagasta. Sus declaraciones reflejan una clara aspiración a liderar los destinos de su partido y a influir en las grandes decisiones a nivel nacional, presentándose como parte de una “nueva generación” de líderes.
Sus constantes llamados a que “los liderazgos se ganan, se construyen y se ejercen sin pedir permiso” evidencian una marcada ambición de poder que, para sus críticos, se traduce en una concentración excesiva de la toma de decisiones.
Mientras la senadora asegura que sus gestiones buscan recuperar la influencia de su sector, el constante flujo de nombramientos de su círculo cercano continúa levantando la sospecha de que la Región de Antofagasta se ha convertido en el principal bastión de una influyente facción de Renovación Nacional controlada por Núñez.
Daniela Castro: La Nueva Jugada para Consolidar su Poder
La senadora definió públicamente a su carta para la próxima elección de diputados en el Distrito 3. En declaraciones a medios regionales, Núñez fue categórica: la abogada Daniela Castro Araya es “nuestra carta en Renovación Nacional” y cuenta con el respaldo explícito de las bases y de su equipo político.
Esta afirmación ha encendido las alarmas en Chile Vamos, donde la jugada es leída bajo el prisma de la frase que circula en círculos internos: “Daniela Castro es la nueva invención de Paulina Núñez.”
La Estrategia detrás del Impulso
La promoción de Daniela Castro adquiere una relevancia crítica en un distrito donde ya existe un diputado en ejercicio de la misma colectividad, José Miguel Castro (RN).
Al posicionar a Daniela Castro de forma tan enfática, Núñez no solo introduce a una figura de potencial electoral en la papeleta, sino que siembra incertidumbre sobre el respaldo unánime de la colectividad hacia el diputado en ejercicio.
La lectura política es clara: Paulina Núñez promueve con vehemencia la candidatura de Daniela Castro. El objetivo final, según esta visión, es afianzar su hegemonía en el distrito, incluso a costa de generar tensiones internas y disputas con otros referentes de su propio partido. La elección en el Distrito 3 se perfila, así, como un nuevo campo de batalla no solo contra la oposición, sino también dentro del propio Chile Vamos.




















