Mujer, rescatista y animalista independiente. Luz ha dedicado su vida al rescate de aquellos que no hablan, pero que a través de sus ojos gritan por una mano amiga. El 2022 fue elegida como el mejor personaje antofagastino del año por un medio local, y ha sido el nombre clave de numerosas campañas y operativos de rescate animal en la ciudad.
¿Cómo empezó a desarrollarse en este mundo? ¿Cuándo dijo “Yo tengo que hacer algo”?
Bueno yo llevo más de la mitad de mi vida como rescatista, y esto es algo que yo he hecho toda la vida. Empecé desde muy chica, a los 8 o 9 años ya rescataba gatos. Yo siempre supe que me iba a dedicar a rescatar animales, y hoy paso casi todo el tiempo en rescates, en operativos, es mi vida.
Me imagino que ha sido un camino difícil, en el mundo animal no es fácil enfrentarse a ciertas situaciones, hay casos que son bien fuertes igual.
Si, hay casos que son muy fuertes, yo he visto tanta cosa, tanto maltrato y tanto dolor. Perritos quemados con agua hirviendo, un montón de casos. Y es un camino duro, porque muchas veces falta ayuda, o la gente juzga o habla sin conocer todo el trabajo detrás, pero también es satisfactorio ver el después, cuando ya los perritos consiguen una familia o cuando las cosas salen bien al final.
Preguntarle también, usted tiene su familia, su vida aparte de su mundo como rescatista ¿Cómo ha sido convalidar estos dos mundos? El mundo animalista, el mundo del rescate animal es bien absorbente.
Ha sido difícil, ha sido duro porque yo casi no tengo tiempo libre o para mí. Igual mis hijos ya están grandes, viven en Santiago, los veo poco eso sí, por lo mismo, porque siempre me sale un caso, un rescate. Yo también tengo mi pareja acá y a veces se hace complejo poder pasar tiempo juntos porque salen cosas de la nada y tengo que ir, no importa si es feriado o fin de semana. Entonces igual ha sido difícil, pero mis hijos entienden, ya están grandes.
¿Alguna vez se ha sentido juzgada por la sociedad por eso, o por su propia familia o cercanos?
La verdad es que no, yo tengo harta gente que me apoya y que entiende lo que hago. Yo igual ahora soy conocida acá, recibo harto apoyo y siempre me estoy moviendo, a veces hago rifas y todo, y por eso yo creo que a veces aparece gente que quizás no tiene tan buenas intenciones. Igual en este mundo de repente hay mucho ego, el “yo hago más” “yo he rescato a tantos”; y no se trata de eso, no se trata de hacer más. Yo soy afortunada porque hay una mayoría de gente que me apoya y que conoce mi trabajo.
¿Usted alguna vez ha postulado a algún proyecto? ¿O siempre independiente?
Siempre independiente. Yo la verdad nunca he sacado personalidad jurídica, prefiero trabajar como lo hago hasta ahora, con aportes, apoyo, rifas, es un tema que no me complica.
Es súper común que sean más las mujeres antes que hombres las que entran a este mundo. Hay hombres, pero en cantidad siempre son más las mujeres ¿Por qué cree que se produce eso?
Eso es porque las mujeres somos más comprometidas, nos hacemos el tiempo, podemos tener mil cosas que hacer pero una se hace el tiempo y va, a alimentar, a rescatar, a lo que sea. Los hombres no, siento que viven un poco su mundo y ya o no se hacen el tiempo, piensan diferente. Igual yo conozco hombres súper comprometidos que ayudan y todo, pero en general somos más las mujeres, no sé, como que sentimos diferente, vemos las cosas diferentes.
Es un tema de empatía también
Exacto, si, empatía, las mujeres somos más empáticas, no sé, somos distintas a los hombres.
A lo largo de sus años como rescatista, ¿tiene algún caso que la haya marcado? Que usted haya dicho “No, esto no puede seguir pasando”.
Uh, varios… Hay tantos casos, como te decía, he visto tantas cosas. Perros desnutridos, perros abandonados, quemados con agua caliente, hirviendo, una vez vi un perro como de dos meses quemado con agua caliente, abuso sexual a animales también, es terrible. El Vaquita, Layka, Júpiter, tantos casos.
Recuerdo un caso terrible igual, el de Facundo, el perrito que fue asesinado por su dueño en Calle Chiloé.
Si, ese caso fue terrible, aparte del hecho de cómo murió, la maldad, tanta alevosía porque fue súper cruel. Y así hay tantos casos que he visto, tanta crueldad.
Preguntarle también ¿Qué le diría a la sociedad, a la gente? Para aquellos que ven estos actos y que pasan por el lado…
Les diría que los animales también son seres sintientes, ellos no hablan, pero sienten tanto como cualquier otro ser vivo. Y es difícil, porque
Hay poco lugar donde dejar a estos rescatados en la ciudad.
Si, muy pocos, hay algunos hogares temporales pero casi todos son pagados. Igual lo entiendo porque yo rescato, pero finalmente en los hogares temporales es donde se hace gran parte del trabajo, si hay que hacer curaciones las hacen ellos, si hay que dar medicamentos los dan ellos, no es como tenerlo y ya, y tienen varios perros al mismo tiempo. Faltan lugares, faltan manos.
¿Qué le diría a las personas que quieren entrar a este mundo, que también quieren ayudar pero que les da un poco de miedo? Que quizás no se sienten apoyadas por sus familias o entornos o simplemente sienten que es un camino muy difícil.
Pucha, yo les diría que lo hagan, que lo hagan igual porque se va a ir dando solo. Quizás no es necesario tomar tantos casos altiro, con uno y de a poco, porque en el camino van saliendo las cosas. Yo apoyo a unas chicas universitarias, que también van tomando de a un caso, o dos casos, y el mejor consejo que puedo dar es que todos partimos de algún lado. Yo ahora soy conocida, no pensé nunca que fuese a ser tan conocida o que tanta gente me iba a ubicar, ni empecé buscando eso, así que de a poco se irán haciendo más conocidos también, y con eso pueden ir rescatando y ayudando también.
¿Usted siempre se vio en esto?
Si, siempre, yo siempre rescaté animales, desde que era chica, andaba recogiendo gatos chicos, después fui creciendo y al final he dedicado mi vida a rescatar animales. Pero yo nunca pensé que iba a ser tan conocida, el año pasado igual me gané un premio como el mejor personaje de Antofagasta, yo nunca lo pensé pero la gente votó por mí, y eso es algo que yo nunca esperé, pero la gente sabe.
¿Qué le diría a la luz pequeña? A esa niña que tenía ocho o nueve años y que andaba rescatando gatitos, con la experiencia que usted tiene ahora.
¿Qué me diría? (Piensa) Me diría que no tuviera miedo y que lo hiciera nomás, que lo va a lograr, que lo haga, y que el camino que eligió está bien.
Terminada la entrevista, Luz se dirigiría a realizar otro rescate animal, esta vez una perrita, que como tantos otros, conocería el cariño a través de su rescatista.