La Aldea recibió de regalo una Sala Digital, la cual permitirá que los niños y niñas que habitan en ella tengan un mayor acceso a la tecnología y educación. 

Un cuarto de siglo cumplió la Aldea Antofagasta, perteneciente a la ONG de desarrollo social Aldeas Infantiles SOS, y para celebrarlo inauguró el que podría ser uno de los mejores regalos para los niños, que fue donado por la Asociación de Industriales de Antofagasta y Exponor: la Sala Digital. Ésta permitirá que los niños y las niñas tengan un mayor acceso a la tecnología y educación. 

El director de la Aldea Antofagasta, Pablo Parra, aseguró estar muy contento con estos 25 años. “Estamos felices, como Aldea estamos comenzando el camino de la adultez y podemos decir que nuestro crecimiento ha sido sólido. Hoy contamos con un equipo familiar de lujo y nuestros niños y adolescentes crecen en un hogar que busca darles nuevas oportunidades durante su desarrollo personal. En este sentido, la Sala Digital será un tremendo aporte”, señaló.

La ceremonia contó con la presencia de los niños y niñas de la Aldea Antofagasta, quienes recibieron la visita de diversas autoridades regionales, entre quienes sobresalió el presidente del directorio local, Alfonso Leppes, quien expresó un emotivo discurso y agradeció a los fundadores de Aldeas Infantiles SOS, haciendo hincapié en la labor que cumple esta institución al entregar a los niños de Antofagasta -y de todo el país- la oportunidad de vivir la infancia y adolescencia en un entorno familiar.

Asimismo, un grupo de jóvenes independizados de esta Aldea asistió a la celebración, donde agradeció enfáticamente la posibilidad que les brindó la entidad  para desarrollarse en distintos ámbitos de su vida, permitiéndoles a algunos ser profesionales y a otros trabajar en actividades propias de la zona. Sumado a esto, se vivió un momento especial al realizar un reconocimiento a las Madres SOS y colaboradoras que llevan más de 20 años de servicio en la Aldea.

Aldeas Infantiles SOS acoge a niños vulnerados en sus derechos, con presencia en 132 países y en todas las regiones de Chile, donde se acoge a un número superior a los 1.500 niños, niñas y adolescentes.