Codelco en conjunto con las comunidades indígenas del Alto Loa, impulsaron el proyecto para preservar, rescatar y poner en valor el Geoglifo de Talabre.
Fruto de este esfuerzo mancomunado, y como una forma de cerrar los trabajos de restauración, se realizó el lanzamiento de libro “Geoglifo de Talabre Puesta en Valor del Patrimonio Arquelógico”.
El texto reúne los alcances de este trabajo, además del contexto histórico en que se desarrolló este tipo de representaciones en la vastedad del desierto, y que simboliza la cosmovisión de las culturas indígenas de la zona. Son dos mil ejemplares que serán distribuidos en bibliotecas, establecimientos educacionales y organizaciones del territorio.
En la ceremonia participaron los ejecutivos de Codelco, René Galleguillos, gerente general (i) de Chuquicamata e Iván Tobar, gerente general(s) de Radomiro Tomic. Ambos coincidieron en la necesidad de avanzar por esta senda y promover un futuro de responsabilidad y respeto.
“Vivir esto con las comunidades nos hace grandes como Codelco, porque somos una empresa que integra a las comunidades. Resaltar y dejar este libro para las próximas generaciones del Gigante de Talabre o Gigante de Calama, como también le llaman, es un hecho histórico por medio del cual nosotros, como empresa minera, mostramos preocupación por las raíces de nuestra comunidad”, señaló René Galleguillos.
Las labores de recuperación del Geoglifo comenzaron en 2019 y se realizaron bajo los compromisos voluntarios del Proyecto RT Sulfuros. En este sentido Iván Tobar destacó la nueva Carta de Valores de Codelco como guía del trabajo comunitario “Uno de nuestros principios es construir el futuro con sustentabilidad. Y cuando hablamos de eso, lo que queremos decir es que nosotros tenemos que crecer, pero respetando nuestro entorno, y en ese contexto, las comunidades son parte fundamental de esta iniciativa”, puntualizó.
Monitores patrimoniales indígenas
El trabajo de restauración del Geoglifo de Talabre fue desarrollado por expertos avalados por el Consejo de Monumentos Nacionales, con una asesoría importante de representantes de Lasana, Chiu-Chiu y Calama indígena, quienes actuaron como monitores y monitoras patrimoniales, y se encargaron de socializar la iniciativa entre sus comunidades, además de aprender metodologías de resguardo de este tipo de obras.
Zenaida Panire, monitora de la localidad de Chiu-Chiu, manifestó: “Para mí es muy importante el haber sido parte de este equipo y de haber trabajado en esta restauración. Estoy feliz porque las nuevas generaciones podrán apreciar este hermoso rastro que nos dejaron nuestros antepasados”.
Por su parte, Cecilia Mendoza, monitora de la Comunidad Atacameña de Toconce, se refirió a la importancia ancestral y patrimonial de este hallazgo. “Tiene un valor súper importante porque este es un cerro ceremonial. Este era un paso caravanero de nuestros ancestros y ellos dejaron estos vestigios que tienen un significado; pasaban por aquí, descansaban y seguían la ruta. Entonces que se le haya puesto en valor y se le haya podido rescatar y luego proteger, es para nosotros muy importante”, señaló.
Como parte de las tradiciones de los pueblos originarios de la zona, el exitoso cierre del proyecto fue celebrado con un ritual de agradecimiento a la Pachamama a cargo del yatire Germán González, junto a Alejandra Ayavire, presidenta de la Asociación Consejo Indígena de Migrantes Urbanos, Khuska Ñañakuna Wawqikuna, y concluyó con un challamiento al son de bombos y tarkas de la agrupación Tarqueada de San Lorenzo de Calama.