Una reunión con los comités pro vivienda que están bajo el alero de la iglesia evangélica sostuvo la doctora Marcela Hernando, candidata al parlamento por Cuarto Distrito

En la oportunidad, los pobladores explicaron a Hernando los problemas que enfrentan frente a las nuevas políticas que el gobierno de Sebastián Piñera ha impulsado en acceso a la vivienda social. A su vez abordaron discriminación que están sufriendo los comités de vivienda en la región de Antofagasta, en cuanto a la necesidad de obtener terrenos de Bienes Nacionales para construir sus soñadas viviendas propias. Así lo dieron a entender los integrantes de cuatro comités pro vivienda, que están bajo el alero de la Iglesia Evangélica..

La doctora Hernando sigue la línea de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, en cuanto a que ante un eventual gobierno los terrenos fiscales serán para la construcción de viviendas sociales para las familias de escasos recursos.

Acceso a la vivienda como derecho universal

“Aquí en la región de Antofagasta el gobierno ha impulsado políticas donde los terrenos de Bienes Nacionales son vendidos al mejor postor, dejando de lado el servicio que cada ministerio debe tener con la ciudadanía. Los privados se están llevando todos los terrenos dejando a los comités de viviendas sociales sin espacio para la construcción de sus casas”, explicó la candidata.

Los dirigentes de los comité manifestaron su preocupación ante la situación actual, luego de que el gobierno cambió la forma de postular y obtener los beneficios sociales. Marcela Hernando respondió las inquietudes de los comités de vivienda social, explicando que si bien se viene un cambio de Gobierno, ante una eventual llegada de la Nueva Mayoría al poder “va haber un cambio a favor de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, nunca en contra. Estamos luchando para que el acceso a la vivienda sea respetado como derecho universal” señaló la ex intendenta.

Otra de las trabas que tienen los comités es la actualización de la ficha de protección social, donde la descoordinación entre la municipalidad, el Minvu y la Serplac juega un desalentador papel a la hora de encontrar soluciones.