CRÓNICAVisto 2548 veces — 07 septiembre 2020

Cuenta la leyenda que los volcanes Licancabur y Juriques (hermanos) estaban enamorados de Quimal, una bella doncella representada por un cerro. Juriques trató de abusar de su amada, por lo que Licancabur, en un acto de furia, lo decapitó (de ahí la actual forma descabezada del macizo) y como castigo Quimal fue desterrada a 100 kilómetros. Sin embargo, su amor traspasó el tiempo y después de cada mañana posterior al Solsticio de Invierno, la sombra del volcán Licancabur cubre completamente a Quimal, sellando su unión y marcando así el inicio de un nuevo año Lickanantay o atacameño. 

Esta historia explica la cosmovisión andina de este pueblo, resaltando las fuerzas de la naturaleza y la conformación de su entorno. Todo ello en el contexto del amor a la Madre Tierra que caracteriza a estas comunidades ancestrales, que tienen un importante protagonismo en la región.

ESTADÍSTICA

Según el Censo de 2017, el 14,1% de la población regional declaró pertenecer a uno de los nueve pueblos indígenas reconocidos por el Estado, número que está sobre la media nacional que alcanza a 12,8% (alrededor de 2.180.000 personas).

La cifra local equivale a 85.585 habitantes que tienen ascendencia indígena (de un total de 607 mil). Los atacameños son los más numerosos con 29.525 personas, seguidos por los aymaras y una menor población quechua, a lo que se suman con fuerza las migraciones desde el sur de las comunidades mapuches y diaguitas, especialmente en Antofagasta.

Otro dato interesante es que la región tiene el menor porcentaje de población originaria en el Norte Grande del país, muy por debajo de Arica y Parinacota (35,7%), Tarapacá (24,9%) y Atacama (19,7%).

BENEFICIOS

Para hacer frente a actuales necesidades, el subdirector Norte de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Eleodoro Moscoso, explicó que actualmente hay tres oficinas funcionado en San Pedro de Atacama, Calama y Antofagasta, esta última recién inaugurada en el cuarto piso del edificio de la Intendencia.

Su objetivo es que las personas tengan información y conozcan sus beneficios, programas y planes de inversión, además de las acreditaciones que entrega el Estado, como son becas, subsidios y remesas presupuestarias de la Conadi, organismo que depende del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.

RANKING NACIONAL

A la hora de comparar la estadística a nivel nacional, los atacameños figuran en el quinto lugar de población, ranking que es encabezado por los mapuches (1.745.147), aymaras y diaguitas, respectivamente. En la vereda del frente, la región del Ñuble sólo tiene un 4,8% de indígenas.

Tomando en cuenta la actual situación de los nueve pueblos originarios, Conadi tiene un rol clave en materia de financiamiento de iniciativas en la región, donde los puentes son las respectivas oficinas de enlaces que antes estaban circunscritas sólo en la provincia de El Loa.

En este mismo contexto, el seremi de Desarrollo Social y Familia, Patricio Martínez, destacó que las comunidades indígenas tienen un rol fundamental en la región, especialmente en materia turística, agrícola, de economía sustentable y en diferentes áreas profesionales, además de aportar con su rico legado cultural, patrimonial y arqueológico.

Uno de los fenómenos más frecuente es la alta migración de jóvenes hacia la ciudad, como ocurre con los habitantes de los pueblos precordilleranos a Calama y Antofagasta. También está la situación de Quillagua, donde predominan los adultos mayores de origen aymara.

¿Y LOS CHANGOS?

Respecto a la situación de los changos, Patricio Martínez explicó que incorporarlos al listado de pueblos originarios es una materia que está en discusión en el Congreso en su tercer trámite constitucional y que ello dependerá de los legisladores.

Ante este nuevo escenario, el gestor cultural y coordinador del proyecto “Peces en la Roca: el arte rupestre de los pueblos originarios de la cordillera costera del Desierto de Atacama”, Edgardo Solís, valoró el quehacer de este pueblo a través de miles de años y aclara que el nombre chango es relativamente nuevo, ya que fue asignado por los españoles.

Además de estar en contacto con el mundo andino a través del Proyecto Ckuri, Solís reivindicó en su trabajo de investigación la relevancia de esta comunidad costera, cuyos integrantes recorrían desde el sur del Perú hasta la Región de Coquimbo.

“El legado de los changos es patrimonio vivo que ha contribuido a la constante construcción de nuestra identidad regional, cuyo aporte ha forjado el carácter y el sentido de pertenencia de quienes habitamos la costa del desierto más árido del mundo. Su reconocimiento vendría a responder a un anhelo histórico de sus descendientes”, manifestó.

De prosperar esta iniciativa en el Parlamento, las cifras experimentarían un incremento en la población indígena y la región pasaría a contar con cuatro pueblos originarios en su territorio.

ANTEPASADOS Y DON DIVINO

La gestora cultural y creadora del “Festival Internacional de Pueblos Originarios de Antofagasta”, Bernarda Marín, explicó que “los indígenas no miran la tierra como un bien económico, sino como un don Divino”.
También señaló que la cosmovisión indígena tiene un claro origen “agrícola”, por lo tanto, el medio ambiente es un factor primordial, donde no debe existir una separación como ocurre con el pensamiento occidental.
“Por todas estas razones, debemos aprender y valorar a nuestros pueblos originarios, por un nuevo renacer a lo natural, aprendiendo nuevas formas de vidas, más sanas y sustentables”, aseguró.

LEY INDÍGENA

La Ley Indígena (1993) es uno de los primeros cuerpos legislativos que protege y reconoce jurídicamente a los pueblos originarios en Chile. A través de sus indicaciones, el documento asume la existencia de diversidad cultural y étnica, a la vez que faculta al Estado para entregar recursos a las comunidades a lo largo del país.

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