CRÓNICAVisto 2936 veces — 17 enero 2013

Con el apoyo de Casa de La Paz, vecinos de Sierra Gorda y Baquedano visitaron Cúcuter, pequeño ayllu ubicado en San Pedro de Atacama, que está dando mucho que hablar en materia de energías renovables no convencionales.

En Cúcuter calientan agua en sus techos y la almacenan en unos enormes termos. Los tejados también exhiben unas placas negras capaces de generar energía eléctrica gracias a los rayos del sol.

La explicación peca de simple, pero es una buena forma de hacerse la idea de lo que es un colector solar y una placa fotovoltaica,  implementos que las 10 familias de este ayllu de San Pedro de Atacama (Región de Antofagasta) han incorporado a su vida cotidiana, gracias al  trabajo organizado y la autogestión.

Los resultados obtenidos por estas familias han trascendido en la región y ya constituyen un ejemplo para otras comunidades. Fue por eso que, con el apoyo de Fundación Casa de La Paz,  vecinos de Sierra Gorda y Baquedano visitaron esta localidad precordillerana y realizaron un “tour energético”, que les permitirá implementar varias de estas tecnologías a sus viviendas. Lo anterior  en el marco del proyecto, “Sierra Gorda: primera comuna en reducir su huella de carbono”, financiado por BHP Pampa Norte Minera Spence y ejecutado por Casa de la Paz.

Gloria Arriagada, Jefa de Proyecto de Casa de la Paz, explicó que los vecinos de Sierra Gorda y Baquedano ya están familiarizados con la energía solar, puesto que muchos hogares han sido beneficiados con la instalación de colectores solares, los cuales les permite contar con agua caliente. “Nuestro objetivo es que ellos puedan conocer otras experiencias, especialmente en lo relacionado con la energía fotovoltaica”, explicó Arriagada.

En este sentido, agregó que esperan crear redes entre comunidades organizadas, que se puedan contactar y aprovechar sus experiencias en todo lo que tenga que ver con desarrollo sustentable.

Un ejemplo a seguir

Tan sólo 10 son las familias que habitan la localidad de Cúcuter, sin embargo, están bastante avanzados en la implementación de técnicas tendientes a aprovechar la energía solar, todas ellas cuentan con agua caliente y energía  fotovoltaica.

Según explicó el presidente de  la comunidad de Cúcuter, Alfonso Almeida, la experiencia partió el 2010 con la implementación o mejora de sistemas fotovoltaicos ya existentes. “Esto nos permite tener hoy una autonomía de 500 watts de potencia”, afirmó.

“Luego, el 2012 postulamos a un fondo de protección ambiental para la implementación de calefactores solares”. La particularidad de este proyecto, detalló Almeida, es que ellos mismos gestionaron la compra e instalación de los aparatos.

Así, en un principio, confidenció Almeida, los fondos no alcanzaban para todos, pero fueron a Iquique e importaron los equipos ellos mismos. “Después vino el tema de la instalación, que también la hicimos nosotros mismo, situación que al final redundó en que 10 familias tuviéramos un sistema para contar con agua caliente gracias a la energía del sol”.

En relación a la elección de las tecnologías a utilizar, Almeida explicó que la decisión tuvo relación con los altos índices de radiación presentes en San Pedro de Atacama, que exigen determinadas características para los colectores. “Los nuestros tienen respiradores y debemos utilizar sólo la mitad de su capacidad, tapando parte de su superficie”, sentenció.En relación a la instalación, ésta no estuvo exenta de problemas, es así como don Alfonso recuerda una anécdota cuando recién se instalaron los colectores. “Hicimos la instalación y resultó que los techos de nuestras casas comenzaban a moverse porque el agua alcanzaba los 100 grados, hervía y todo el tejado temblaba” comenta, para luego reírse con otro vecino del sector presente en el tour.

En materia de electricidad, el uso eficiente de la energía los ha llevado a implementar luminarias a base de micro led y a comprar inversores eléctricos de gran capacidad. En cuanto al almacenaje de la energía eléctrica, los habitantes del Ayllu prefirieron las baterías de camiones, en reemplazo de las tradicionales de ciclo profundo.

En cuanto a la visita misma, Raquel Pinto, vecina de la localidad de Baquedano, manifestó que toda la salida le llamó la atención. “Primero no conocíamos Calama y aquí en San Pedro (de Atacama), la forma en que aprovechan la energía solar, de lo tan básico y poco dinero que ellos tenían y lo que lograron con esos recursos, lo encuentro fabuloso”, explicó.

Cecilia Pérez, trabaja en el Jardín infantil de Sierra Gorda, participó de la visita y se mostró gratamente sorprendida con el modo en que se está utilizando la energía solar en localidades que pareciesen no tener ninguna clase de comodidades ni servicios. “Las familias de localidades apartadas  pueden tener acceso a comodidades de una ciudad, pero con otros beneficios propios del campo, como la posibilidad de tener sus propios cultivos. Tienen lo mejor de ambos mundos”, concluyó.

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