El edil loíno recibió de manos de Isabel Allende, un reconocimiento por la lucha que ha dado desde Calama para recuperar los recursos naturales para los chilenos y para que la capital loína y las zonas productoras reciban recursos de la riquezas que generan.

En la histórica ciudad de Rancagua se llevó a cabo, hace unos días, un acto político-social, convocado por organizaciones sociales y de defensa del cobre, a propósito de la conmemoración de los 41 años de la nacionalización del cobre y en razón de la cruzada de las comunas mineras por ser compensadas, ante los costos que les significa alojar yacimientos.

La ceremonia, que tuvo lugar en el Sindicato Sewell y Mina, estuvo cargada de emociones y mensajes. Los oradores principales fueron el alcalde de Calama Esteban Velásquez, especialmente invitado a la jornada, y  la senadora Isabel Allende, quien dirigió su discurso al hito de la nacionalización, gestado por su padre el ex Presidente Salvador Allende, y de la relevancia de recuperar los recursos naturales para los chilenos, haciendo énfasis en la necesidad de renacionalizar el cobre, modificar el código de aguas y de resguardar el litio en manos del Estado.

En ese marco, se entregaron también distinciones, primeramente, a los ex dirigentes que se mantiene con vida y fueron partícipes del acto de la Nacionalización, que tuvo lugar precisamente en Rancagua,  Orlando Moraga, Luis Arredondo, Marco Pezoa Y Héctor Lagos. “Pero así como reconocemos a quienes entregaron todo en defensa de nuestras riquezas, a quienes ayer fueron protagonistas, hay quienes hoy marcan historia, quienes han emprendido la misma lucha. Uno de ellos lo distinguiremos hoy y ha cruzado miles de kilómetros para estar acá, nos referimos al alcalde de Calama Esteban Velásquez”. Con esas palabras de la maestro de ceremonia, fue presentado el edil loíno ante una ovación de quienes repletaban la sede sindical.

Velásquez, visiblemente emocionado, pasó adelante para recibir de manos de la senadora Allende y del concejal de Rancagua Edison Ortiz, su presente. “Esteban Velásquez es quien ha levantado desde Calama una lucha transcendental: Recuperar el cobre para los chilenos y que las zonas que lo producen reciban lo que merecen, como sucede en todas partes del mundo”, añadía la hija del ex Presidente.

“Esos objetivos lo lograremos, deberemos batallar contra los dueños de nuestras riquezas, en el Parlamento mismo, pero principalmente deberemos dar una lucha social, y es ahí mi reconocimiento al alcalde Esteban Velásquez que, como representante de su comunidad, ha sabido ponerse a la cabeza de este proceso y conglomerar a otras comunas para lograrlo”, agregó la parlamentaria.

Tras recibir el reconocimiento, Velásquez tomó la palabra y agradeció la distinción, a la vez que llamó a los rancagüinos a organizarse e impulsar movilización ciudadana para recuperar las riquezas naturales para los chilenos, planteando que “no hay acto más patriótico que ese, porque es impensado que el 70 por ciento de nuestro cobre vaya a los bolsillos de unos pocos, de empresarios chilenos y extranjeros”.

Igualmente, señaló que “Es necesario que Calama, Rancagua y todas las zonas productoras nos organicemos y levantemos la voz para tener participación en los recursos que generamos, no podemos quedarnos sólo con los costos medioambientales y sociales, no podemos permitir que se repita la misma historia de las oficinas salitreras. Esta lucha es irrenunciable independiente del gobierno de turno, hoy es con el gobierno de Sebastián Piñera, ayer fue con el de Bachelet, porque seamos honestos, esta postergación no es de ahora, lleva más de 30 años. Por lo tanto, la daremos también con el gobierno que venga y debemos comprometer a cada candidato presidencia a que incorporen en su programa de gobierno estos temas y después cobrarlo”.

Terminada la jornada, decenas de dirigentes sociales y políticos se acercaron a Velásquez para fotografiarse con él y desearle el papel que ha jugado en los objetivos alzados desde las comunas mineras. El jefe comunal loíno se dio tiempo para conceder fotografías e intercambiar números telefónicos con cada persona que se lo pidió. Al final, otro fuerte abrazo con Isabel Allende que lo alentó a no dejar, por nada, la cruzada que ha emprendido.