FFMCS 2025Visto 703 veces — 21 noviembre 2025

Oriunda de Victoria, en la Novena Región, amante de la naturaleza, de lo simple y la sencillez, defensora del medio ambiente, la biodiversidad y la naturaleza, radicada en Antofagasta desde el 2008, mismo año en que inicia su carrera como académica en la Universidad Católica del Norte, Bárbara Fuentes Siegmund, Doctora en Ciencias de Recursos Naturales, ha desarrollado una prominente carrera tanto en el área de investigación como de la docencia. Aquí, en medio del desierto, participa de distintos núcleos de investigación enfocados en suelo, salares, litio, y entre ellos, también el estudio de la Gaviota Garuma, la única gaviota que anida en el desierto de Atacama.

La primera pregunta es ¿Quién es Bárbara Fuentes? ¿Cómo se definiría a sí misma?

Bárbara Fuentes es una mujer muy sencilla, me gusta mucho la naturaleza desde el punto de vista contemplativo, me gusta mucho lo hecho a mano, siempre estoy en contacto con esas cosas. Pienso que soy cercana algunas veces, tal vez tímida al principio, pero sí trato de ser bien respetuosa. Soy mujer, soy mamá, soy hija, soy nieta y soy hermana también, y eso soy una persona. Pero yo, fíjate que diría que soy muy sencilla en todo aspecto.

La siguiente pregunta tiene que ver un poco con el mundo científico, de niña ¿Siempre se vio en el mundo de las ciencias? Pregunto porque normalmente a los niños se les inculca que tienen que estudiar carreras como ingeniero, o abogado, pero ese pensamiento lleva a los niños, y especialmente a las niñas, a que no se incentive las ciencias, a nadie le dicen “podrías ser científica, podrías investigar, podrías llegar a esto”. ¿Cómo llega a la ciencia como tal?

O sea, este camino así direccionado como tal a la ciencia, no, no fue así. Sí tuve otro camino, que es el camino de la naturaleza desde chica, y eso es increíble porque es así, desde chica a mí me gustó mucho el tema este del medio ambiente. Yo desde chica pensaba y jugaba mucho en el patio, en los árboles y todo eso, entonces a mí me llamaba mucho la atención el tema del medio ambiente, las estaciones del año, me daba cuenta de cosas que a lo mejor a esa edad uno no se da cuenta, pero siempre andaba preocupada de los animales, del clima, la tierra, todas esas cosas, el agua… Por eso te digo, algo más contemplativo, no sé si espiritual, pero me llamaba mucho la atención. Entonces tenía la suerte también que yo soy del sur de Chile, de Victoria, que es cerca de Temuco, en la Novena Región. A mi papá también le gustaba mucho la montaña, entonces siempre íbamos los fines de semana, hacíamos paseos muy seguidos a la cordillera, íbamos a los volcanes, a la montaña, los ríos. Entonces como que era ese el lugar, era donde yo pertenecía en el fondo. Fíjate que de alguna forma me mostró un camino porque después en el momento de elegir una carrera, yo decía “¿Qué voy a estudiar?” O sea, yo siempre supe que no habría podido estudiar nada del área de la salud, porque si veía sangre me desmayaba, no tanto, pero me sentía mal, y me gustaba mucho el medio ambiente. En ese tiempo, hace muchos años atrás, las carreras que había era Agronomía, Ingeniería Forestal, y había empezado la carrera de Ingeniería Ambiental, era una carrera nueva, pero fíjate que también estaba Geología en ese tiempo, pero no tan cerca donde yo vivía, así que eso fue como la orientación, pero siempre estudiar algo relacionado con la tierra.

¿Y cómo fue el recibimiento familiar de tomar esta decisión?

Bueno, sí, me acuerdo, mi papá me decía que estudiara Agronomía, yo vi la carrera Ingeniería Ambiental y fue como que hice un match. Y dije “No, yo quiero estudiar esto”, o podría haber estudiado tal vez Geología. Y como son las vueltas de la vida ahora yo trabajo muy de los geólogos, porque siempre fue como que me llamaba la atención el tema de la tierra. Yo creo que para ellos era como natural que yo estudiara algo relacionado con el medio ambiente, fíjate, no tuve problema.

Aprovecho de preguntar, porque es así, la carrera de Ingeniería en Medio Ambiente es una carrera más bien nueva, no tiene la misma trayectoria que otras carreras más tradicionales que tienen un desarrollo gigante en Chile, incluso, la propia legislación medioambiental en Chile es bastante nueva en comparación a otros países. ¿Cómo fue insertarse después en el campo laboral? ¿Y cómo es que llega hasta a Antofagasta? Porque de Victoria hasta Antofagasta hay hartas regiones de diferencia…

Mira, ahí yo me declaro la más suertuda de todas. Primero porque el hecho de haber vivido, de haber nacido en el sur de Chile, donde toda mi vida, o sea, llueve o hace mucho frío, hay otras condiciones climáticas, otro estilo de vida, otros paisajes, otras cosas, y las pude conocer y las pude aprovechar harto y disfrutar también. Y después de grande me cambio a este otro extremo del mundo, que es como vivir en otro país, con otras condiciones climáticas, con otros paisajes, con otras condiciones, otras realidades y poder tener la oportunidad. Mi mente siempre está comparando los dos paisajes, los dos climas, las dos culturas, qué sé yo, siempre. Entonces me siento muy, muy agradecida de tener esa visión, de tener esa visión de conocer el sur y ahora conocer el norte. Yo te digo, los dos son hermosos, los dos tienen algo. Yo creo que Chile es un país con un montón de recursos es bellísimo, tiene de todo. Entonces por eso te digo, yo me siento muy afortunada, y sobre todo ahora que estudio la parte medioambiental. Claro, entré a estudiar Ingeniería ambiental en ese tiempo en la UFRO, en la Universidad de la Frontera, y en ese tiempo se estudiaba mucho el agua, porque cuando empezó la legislación ambiental en Chile, primero se atendieron muchos temas que eran agua y aire, era la urgencia, Chile necesitaba temas de sanidad, necesitábamos calidad de agua, plantas de tratamiento de agua, gases, todo eso. Después fíjate que eso ya llegó a un estado, digamos, en que ya Chile tiene eso, Chile ha avanzado harto en esa normativa, y ahí el país comienza con otras preocupaciones: cambio climático, ley REP, economía circular, la biodiversidad, que de a poquito ha ido agarrando terreno. Entonces, como todas las leyes no se pueden implementar, los componentes ambientales son muchísimos. Se empezó cona gua, con aire, después ahora que estamos en la economía circular, o sea, ha habido un gran avance, también han ido cambiando cosas y la tecnología va avanzando también. Hoy en día estamos hablando de los procesos de la transición socioambiental justa, de algunas zonas que son declaradas zona de sacrificio, qué sé yo. Eso hace 20 años atrás se sabía, pero iba creciendo hacia allá, entonces hay todo un camino. Hoy en día tenemos el cambio climático, los gases efectos invernadero, ya es una realidad en nuestra normativa, en nuestro quehacer. Antiguamente se sabía, pero en estos veinticinco, treinta años, la legislación, todos hemos ido creciendo.

¿Y cuando llega a la UCN?

Yo llegué el 2008, llegué, llevo mucho tiempo acá en la universidad. Llegue en Mayo del 2008 a hacer clases a los estudiantes de Ingeniería Civil Ambiental. Estaba estudiando mi último año del doctorado en Ciencia y Recursos Naturales y me vine para la universidad.

¿Cómo se adentró en el mundo de la investigación? Más allá de la docencia.

Acá propiamente tal, en el norte. Cuando yo me vine, yo estudiaba, yo estaba haciendo mi tesis de doctorado. Bueno, en ese tiempo se estudiaba mucho lo que era agua. Estuve en la UFRO haciendo mi tesis de pregrado con tratamiento de agua, pero también trabajaba con suelo. Y fíjate que ahí me fue gustando mucho el tema del suelo. Después cuando hice mi tesis de doctorado, la hice estudiando los residuos ganaderos, específicamente los nutrientes que vienen en la orina de las vacas, en las estetas de la vaca, estudiaba el fósforo, esa fue mi tesis, entonces cómo eso se reciclaba en el suelo, qué sé yo. Y cuando llego acá al norte, acá los problemas eran totalmente distintos, eran problemas de contaminación, el arsénico, los residuos mineros, acá no había mucha agricultura, y es más, en ese tiempo tratamos de hacer varias iniciativas de agricultura, pero yo te digo hace 20 años atrás éramos los raros, era como “¿Quién va a venir a hacer agricultura en el desierto?”. Hoy en día eso ya ha permeado y hay hartos más que han hecho hartas iniciativas, porque se sabe que hoy en día que es posible hacer agricultura en el desierto gracias a los avances tecnológicos. Entonces ahí empezamos a estudiar harto lo que es suelo. Así que siempre he estado estudiando lo que es suelo-agua, suelo-planta y suelo-fósforo principalmente. Pero ahora en este ambiente de acá, ahora lo que va marcando tu investigación es el suelo, o sea todos los suelos de Chile son distintos, pero me enfoca lo que pasa más acá.

Recuerdo que ha habido hartos proyectos en relación con agricultura, con ganadería acá en Antofagasta. Algunos han fracasado eso sí, años atrás había una especie de granja camino a Coloso, pero no le fue muy bien por el tema del agua…

Acá se puede, existe la tecnología, lo que nos falta para el tema de la agricultura es el agua. En el sur de Chile ¿Qué pasa? Que afortunadamente todavía llueve. Esa lluvia es lo que te permite mantener esa agricultura y cuando no llueve se riega. Pero acá el problema es ese, uno podría regar con agua desalada, pero sale muy cara, y aún así los agricultores lo hacen, las lechugas hidropónicas que nosotros compramos son producidas acá con agua desalada. Entonces tú sabes que existe, pero claro, es una cuestión tecnológica y no todos pueden hacerlo. Y la otra cosa importante, cuando la gente tiene una idea en la cabeza y lo quiere hacer, se las arregla, lo hace y le va a funcionar, no me preguntes de dónde va a sacar ese punto, esas ganas, pero le va a funcionar. El punto es, claro ¿Cómo después mantienes eso? Porque alomejor va a asociado a tener que cobrar una entrada, y quizá la gente va a dejar de ir. Pero hay cosas que se pueden hacer, pero hay cosas que se pueden hacer y a mí me sorprende cuando la gente quiere hacer algo y aunque tenga todo en contra lo logra igual. Es increíble, es una muestra de que todo cuando realmente queremos algo lo podemos hacer.

Hablamos hace un rato de la llegada a la ciudad de Antofagasta, de este amor por la naturaleza que la lleva al ámbito científico. Actualmente sé que está a cargo de varios proyectos, que viaja harto también por el terreno, justamente investigando sobre los suelos de acá del norte, trabajando en nodos, y en hartas cosas…

Sí, afortunadamente ahora, y me siento muy contenta, participo con varios colegas en diferentes proyectos. Estoy trabajando de directora externa en el proyecto, digámosle que es el Anillo Litio, porque tiene un nombre bien raro (Ríe). Sí, ahí trabajo de directora externa de ese proyecto con mis colegas y estamos estudiando lo que pasa ahí en los sedimentos y en los salares. Eso es más enfocado a cómo se puede identificar, utilizar bacterias que estén ahí para poder hacer reciclaje de litio desde baterías de litio y no ocupar los mismos recursos naturales. Ese es un proyecto. El otro proyecto que tengo que es como mi banderita, es mi regalón, mi hijito, así que es mi proyecto con el que yo me levanto contenta y me acuesto contenta, que es donde estudio la Gaviota Garuma. Hay distintos tipos de gaviotas, está la que es gris, que es la gaviota garuma, es plomita. Esa gaviota me llamó mucho la atención porque siempre mis colegas o la gente que iba al desierto me decía “Profe, ¿Sabe qué andaba una gaviota en la mitad del desierto?” Siempre me venían contando eso, hasta que un día, entre tanto ya empezamos a investigar y siempre nos decían, a veces los estudiantes de geología, “Profe, no, si hay un sitio de nidificación de gaviotas”. Y ahí nos pusimos a estudiar y me pasaron papers, qué sé yo. Y claro, efectivamente, esa gaviota es la única gaviota que se alimenta en el mar, pero nidifica adentro, en el desierto de Atacama. Puedes encontrarla a 30 kilómetros, a 100 kilómetros, a 140 kilómetros anidando, viaja todos los días. Entonces, ¿Qué les dije yo? “Esta pajarita está mejorando o está transfiriendo todo lo que come en la costa, a los sitios de nidificación”, y fíjate que ahí al tiro me acordé de lo que yo hacía antes cuando estudiaba en el sur, la vaca. La vaca todo lo que come después ella por intermedio de los purines, lo echaba al suelo de nuevo. Entonces yo dije, “Ah, mira, ahora tengo otro reactor biológico que es la gaviota”. Además, que la gaviota está en estado de conservación vulnerable, así que hay que tratar de proteger los sitios de nidificación de esa ave y de todas las otras aves que habitan acá, porque aquí hay mucha biodiversidad. Ese es mi proyecto regalón, voy harto a terreno, y a los sitios de nidificación. Y después tengo otro proyecto donde estamos viendo economía circular con otro colega más, bueno, mi colega del proyecto Anillo, Francisco Remo, mi otro colega de la economía circular, Javier Quispe, y ahí también los estoy apoyando en temas de neumáticos, reciclaje neumático, etc. Pero yo siempre con la biodiversidad y el suelo.

La siguiente pregunta está enfocada en el desarrollo femenino de la investigación. En Chile es difícil obtener fondos para financiar investigaciones, proyectos, entre otros. Además se suma un componente monetario o económico, la dificultad de acceder a proyectos, la dificultad de convalidar a veces ser científica, mujer, investigadora, mamá, y tener otro tipo de responsabilidades además de hacerse cargo de proyectos, etc. ¿Cómo ha sido ser mujer, mamá, profesora, investigadora, entre otras cosas, y además ser científica?

Bueno, eso es algo que, o sea, todas las cosas son difíciles, todo tiene su complejidad, nada es fácil, nada. Entonces uno tiene que ver hasta dónde puede avanzar con ciertas cosas. Mi hijo va a cumplir 13 años, yo tuve a mi hijo cuando estaba digamos en el peak de mi carrera científica, y yo tuve que decidir qué hacía. Y yo decidí esos años que yo iba a cuidar a mi hijo. Ese año afortunadamente pude ser jefe de carrera de ingeniería civil ambiental acá, y me dediqué a eso, había hartos temas administrativos que hacer, pero yo estaba enfocada en la carrera, en mi hijo, porque yo no iba a ir a terreno con él, ni dejarlo, no. Hay personas que lo hacen y cada uno hace lo que tiene que sentir, cómo le acomoda. Yo no, yo tuve a mi hijo, quiero criarlo, yo quiero estar con él, quiero dejarlo al colegio, quiero disfrutar con él. Entonces fíjate que en esos años yo no hice mucha investigación, siempre seguía leyendo, investigando, pero en el escritorio, no hice muchos proyectos, porque estaba con mi proyecto más importante que era mi hijo y la carrera. Pero después ya cuando estuvo más grandecito, ya empecé a activar mis redes de colaboración y estuve trabajando de nuevo, ya mi hijo ya tenía como seis, siete años, estuve trabajando harto con colegas de Alemania, un colega muy importante que me ha dado mucho apoyo. Con ellos empecé a salir a terreno de nuevo y ya me pude insertar y retomar el ritmo. Mi hijo ya estaba más grande, yo iba a terreno también, pero igual algunos días, no es que yo diga “Ya mañana voy a terreno”, no puedo. Generalmente mis terrenos son los fines de semana, porque ahí mi marido cuida a mi hijo, yo no lo dejaría encargado ni tampoco lo llevaría, son cosas de cada una, cada mamá tiene que hacer lo que siente. Así que ahora, si tú me preguntas, yo siempre pensé que a él le iba a gustar la ciencia, qué sé yo, pero a él no le gusta mucho, anda jugando a la pelota. Yo lo apoyo en todo lo que él quiera, soy mamá futbolera, así que feliz por él. Pero sí, por eso te digo, son decisiones. Son decisiones que uno tiene que tomar y ahora sí la investigación yo la tengo que coordinar en relación a mi vida familiar también, o por ejemplo, si tú me preguntas, hoy hay un congreso en otro país, yo hace muchos años que no viajo fuera y no tengo interés en este periodo de mi vida. A lo mejor más adelante voy a poder hacer otras cosas, pero es que todo tiene su tiempo, yo no me apresuro en ese sentido, porque a lo mejor más adelante podría ir a otros congresos o poder hacer más cosas. Ahora es lo que puedo hacer, me siento tranquila y me siento que esa tranquilidad se la puedo traspasar al resto. Si yo anduviera estresada como loca, la gente vendría acá y no sería ninguna buena experiencia andar así. Pero eso lo hice yo, yo he visto colegas que van con sus hijos y salen y son más de otra forma, pero va la personalidad de cada uno.

Hablamos hace un momento de lo que cuesta en Chile obtener financiamiento para proyectos de investigación, que cuesta bastante conseguir fondos para poder hacer terrenos, investigación, comprar insumos. El mundo de la ciencia igual es bien competitivo, especialmente la formulación de proyectos. ¿En qué cree que actualmente estamos al debe con el mundo científico? ¿Cuáles son los puntos clave que quizás la política científica debería mejorar para que los investigadores y los científicos pudieran hacer mejor “la pega”?

O sea, hay diferentes tipos de investigación. La investigación que nosotros hacemos en medio ambiente o en ciencias de la tierra en realidad es cara porque tiene salidas a terreno, y además que uno tiene que hacer diferente análisis de lo que estás estudiando, y eso todo tiene un precio, entonces sale caro. Cuando yo comencé ahora a estudiar con los alemanes, yo me acuerdo que me llamaba mucho la atención que de Alemania vinieran a estudiar el desierto de Atacama, por temas del origen de la vida. Y yo decía, “Pero si estamos acá y nosotros no tenemos dinero para estudiar eso”, no había muchos fondos en ese tiempo. Y aun así, creamos la investigación y ahora yo seguí trabajando en eso y he conseguido financiamiento porque hay un entendimiento de que el desierto de Atacama es más que solamente minerales, que hoy en día le estamos dando otra importancia. Por eso te digo, las prioridades van cambiando y es importante eso, hay financiamiento, pero lo que sí pasa es que hoy en día hay muchos científicos, entonces los financiamientos, los recursos cada vez son más limitados, hay más personas que están postulando esos fondos. Entonces se está repartiendo la misma torta en más personas y hay muchas más personas que están buscando esos recursos, entonces súper complicado. El otro tema es la parte de que somos región, somos región, estamos en universidades regionales, obviamente los recursos son distintos. Vivir acá en Antofagasta ya es totalmente, totalmente distinto. Los precios en todo sentido. Imagínate la investigación cuando uno va a terreno. Ya, voy a terreno en un vehículo, tienen que ir en dos vehículos, tienes que ir con harta gente, tienes que ir con tu teléfono satelital, tienes que ir más bien, digamos, resguardado, porque tú no quieres quedarte botado en el desierto, quieres volver a tu casa. Entonces tienes que ir con mucha agua, alimentos, implementos de protección personal, no es que yo voy a decir, “Ah ya, voy al terreno a 5 horas”. No, tengo que programarme con anticipación. Entonces de repente hoy en día estamos visualizando más. Es como cuando yo antes rendía un proyecto, decía colaciones hídricas. ¿Y por qué dice colaciones hídricas? Porque obvio que estoy comprando mucha agua embotellada para llevar al desierto, o sea, nosotros no podemos ir sin agua. Entonces sabiendo que no voy a pillar un restaurant o sabiendo que no voy a pillar un negocio donde comprar, tenemos que ir al supermercado. Es súper complicado, dormir en el desierto es complicado. Por eso mis salidas son de día, vuelvo siempre a la casa y eso, temas de seguridad son súper importantes y las mujeres sentimos eso, yo no sé cómo lo siente un hombre, pero para mí temas de seguridad de las personas con que voy, mi seguridad para volver a mi casa con mi familia es importante. Igual es súper complejo, imagínate que no hay baño partiendo en el desierto, tú tienes que tomar mucha agua porque si no te deshidratas y yo por eso te digo, a veces uno va con estudiantes y todo eso y me dicen “Pucha, cómo voy a ir al baño si en realidad está plano”, no tienen dónde ir al baño, allá no tomo agua y después me vengo enferma. Uno se empieza a deshidratar, es súper complicado. De hecho ahora estamos pensando que para el próximo año vamos a comprar algún tipo de baño de emergencia, algo como más de camping para poder tener, porque nosotros vamos y en mi equipo siempre hay mujeres, o sea, siempre yo invito a muchas mujeres, bueno, en realidad es que en mi carrera en ingeniería civil ambiental siempre han habido más mujeres que hombres, por esta cuestión de querer estudiar y el medio ambiente y todo eso, entonces yo salgo de terreno con muchas mujeres, pero también salimos con mezclado hombres, mujeres, porque entre todos hacemos un muy buen grupo.

Pero claro, nosotros tenemos el tema ese de que yo sé, o sea, si ya saliste a las 5 de la mañana y a las 2 de la tarde nadie ha ido al baño, no es que nadie tenga ganas, yo me imagino que está todo el mundo ahí tratando de aguantar. Pero en el terreno también se viven otras cosas y es muy bonito. Yo ahí también me emociono con el silencio y veo la naturaleza, y ya con eso es un día ganado.

Ahí usted dice un dato, que en esta carrera había más mujeres que hombres y creo que eso es importante, porque hay otras áreas de la ciencia suele ser al revés ¿Por qué cree que se da este fenómeno?

Mira, de la facultad acá de ingeniería, ciencias geológicas, de todas las carreras de ingeniería, la carrera que tiene más mujeres siempre ha sido Ingeniería Civil Ambiental. Cuando las personas eligen una carrera es multifactorial, hay muchos factores que inciden en la decisión de que una persona vaya a estudiar una carrera o no. Hay factores familiares, económicos, de vocación, de perspectiva, de un montón de factores que se generan. Pero también hay un factor importante que estaba estudiando ahora bastante, que es cómo la mujer se relaciona con el medio ambiente, es más cuidadora del medio ambiente, más en la tonica de proteger, hagamos las cosas de otra manera. Nosotros cuando estudiamos ingeniería ambiental no decimos “No hay que hacer nada”, solo hagamos las cosas tratando de tener un impacto. Antes era un impacto, no tener impacto, ahora es tener un impacto positivo, cómo hacemos las cosas de otra forma. Y ahí yo creo que las mujeres tenemos mucho que aportar, porque siempre vamos a querer cuidar, cuidar es como tu hábitat, cuidar tu casa, que no te falte nada, cuidar a tu familia, entonces organizar, distribuir, pensar distinto. Pero no tan solo las mujeres, los hombres también lo pueden hacer. Pero fíjate que yo creo que eso puede estar influyendo también en que puedan ser más mujeres que hombres. No lo sé, ese dato yo no lo sabía, así que me sirve harto como el dato sorpresa de la entrevista es que en este ámbito lo estudian más mujeres que hombres.

Además, es un área con harto campo, tiene distintas modalidades de trabajo también, que permiten ir adaptando la forma en que los profesionales más jóvenes se insertan en el mundo laboral también, por turnos, en minera, en ciudad, en laboratorios.

A mí fíjate que me acomoda este tema de la ciencia porque me gusta la universidad, me gusta mucho como mi lugar seguro. Esta universidad y cualquier universidad donde yo entro me siento como “Ah, es un lugar especial”, me gusta esto de trabajar en la universidad.

Pasando a este tema del recibimiento de la comunidad, en el fondo a estos estudios, sabemos que de repente en temas medioambientales suele ser un poco complejo, porque hay una pugna entre el mundo minero, el mundo industrial, el mundo extractivo y la necesidad de protección también a ciertos espacios que requieren un cuidado especial, que tienen ecosistemas, que tienen suelos especiales, en la que viven muchos microorganismos. ¿Cómo ha sido este desarrollo y el poder en el fondo ir equilibrando ambos espacios?

Bueno, a ver, hay que tener claro que todos contaminamos, en el momento en que yo estoy respirando, estoy liberando CO2. Qué sé yo, todo lo que yo hago, tú te levantaste en la mañana, ya te lavaste los dientes, tiraste la cadena, te bañaste, ya viniste en vehículo, siempre estamos de alguna otra forma contaminando. Antiguamente cuando no había regulación ambiental, 30 años atrás, porque de hecho la primera regulación ambiental acá formal fue en 1994, antes había otras normas, pero no empezaba nuestra legislación. Ahí el cuento era diferente, porque las industrias se podían instalar, no había una evaluación ambiental. Hoy en día sí hay una evaluación ambiental, hay regulación y las empresas tienen que cumplirla. Entonces en ese sentido yo soy súper optimista en que hay regulación y hoy en día muchas empresas están generando un montón de información ambiental, que la generan ellos, porque la pueden pagar y existe, la tienen y está disponible. Entonces ellos están generando información porque tienen que cumplir ciertos compromisos ambientales, eso es lo que dice la ley y lo tienen que hacer. En ese sentido, claro que siempre a uno le gustaría que fuera más. Siempre va a haber una alteración en el medio ambiente. Por eso te digo, la cosa es pensar cómo se puede hacer para que eso tenga un impacto positivo, no negativo ni cero impacto, sino que hoy día pensaba en un impacto positivo. Ahora han habido casos en que las empresas han tenido problemas ambientales y hay demandas por daño ambiental y han tenido que restaurar, pero eso se supone que en el futuro ya no debería pasar, y la comunidad hoy en día está muy atenta a todo ese tipo de proyectos. Entonces cuando reconoce que algo puede estar muy débil o que algo no está funcionando, existen las instituciones para ir a reclamar, porque es como los tribunales ambientales. Ahí después hay todo un tema de negociación y mediación entre la empresa, el gobierno, la comunidad, entonces esos sistemas hoy en día están, que se tengan que mejorar y que en la práctica te vayan diciendo cómo se tiene que mejorar, tiene que hacerse. Pero si tú me preguntas mi visión, estamos mejor que antes y siempre la idea es que cada vez estemos mejor, no retrocediendo. Y lo otro fíjate que es la educación ambiental, porque al final todo lo que tú le puedas hablar a los niños de medio ambiente, ellos van a tener ya eso en su mente y van a poder estar pendientes de eso. Ahora tal vez lo que sí falta es a lo mejor en los más adultos que no recibieron esa educación ambiental y que también es importante la educación ambiental de los adultos, porque ellos también le enseñan a los niños en su casa, entonces que todos tengan esa conciencia, que sean sensibles a los temas ambientales. Yo lo veo acá con mis estudiantes, a veces me llega a la oficina “Profe, encontré este pajarito, qué puedo hacer”, o “Profe, fíjese que pasa esto, y tienen curiosidad y se dan cuenta de su entorno. O todas estas instituciones o estos organismos animalistas se preocupan del bienestar animal también, o de las plantas o del bienestar de las personas, de la naturaleza, entonces yo creo que sí es positivo, es positivo y por eso te digo y las empresas tienen que subirse a ese carro también.

Esta pregunta tiene dos partes, es la misma pregunta, pero enfocada en un aspecto positivo y otro negativo. La primera es si a lo largo de su carrera alguna vez usted ha sentido una especie de “Hasta acá llego yo” o un “debí haber estudiado otra cosa”, o algo que haya generado una especie de punto de quiebre negativo en su trayectoria como académica, como investigadora o como profesora.

Fíjate, que no, nunca tanto, o sea, a ver, mi amor por la naturaleza no lo voy a perder nunca, pero a veces tanta burocracia, tanta desconfianza cuando uno hace los proyectos, uno hace los proyectos con tanto cariño y a veces como que te exigen tanto resultado, uno entiende que cuando hay fondos involucrados, en general, todos tratamos de ser muy responsables con esos fondos, pero a veces hay cosas que escapan y que uno tiene que, a veces los proyectos no son tan iguales. Entonces muchas veces uno empieza un proyecto que puede ser tan lindo, pero la parte administrativa es tan horrible. Pero por eso digo, hay que aprender a vivir con los problemas, pero a veces uno dice, me voy a echar más problemas encima, que a lo mejor para qué. Y eso es lo que complica muchas veces, la parte administrativa, y uno sabe, a veces es súper apretado con las cosas, uno tiene los recursos. Yo en ese tema de las lucas soy muy dedicada, porque es como administrar un recurso, sobre todo en los proyectos, y que no te falte nada para llegar a tu objetivo. Pero esa cuestión de la parte de la burocracia, a veces, sobre todo en pandemia, fue terrible trabajar y tener proyectos abiertos, porque no podías salir a terreno, no podías salir a terreno porque no había permisos y los plazos se te venían y realmente uno se sentía agobiado. Gracias a Dios la pandemia después fue pasándola, se fueron flexibilizando cosas, pero fue un periodo muy difícil. Los tesistas no podían salir a terreno, mis estudiantes salían a terreno solo por ahí no tenían donde comprar, no, era muy complicado, muy complicado. Ahí yo dije “me dedico a las manualidades” (ríe) tejiendo en mi casa.

La otra pregunta va en la misma línea, pero ahora desde el punto de vista positivo, ¿Hay algún momento que haya sido como un orgullo personal, algo que a usted le haya marcado positivamente a lo largo de su trayectoria, que dijera, “Esto es, por esto yo estoy aquí”?

Mis estudiantes, fíjate, me alegra mucho verlos, los veo contentos, los veo muy creativos. Yo aprendo mucho de mis estudiantes y cuando me relaciono con ellos en el laboratorio, en las clases, después cuando los veo ya más grandes, me saludan, conversamos, me siento muy contenta. En la parte humana conozco mucha gente, más que nada todos mis estudiantes los recuerdo y fíjate que ellos, por lo que me dicen también con harto cariño. Me ha gustado mucho estudiar este proyecto de la gaviota, ahora quiero ya no tan solo estudiar la gaviota, quiero estudiar la golondrina, quiero estudiar la chinchilla, quiero estudiar los reptiles, quiero estudiar todos los animales, siento que ellos necesitan una protección, que están más desprotegidos ellos, los animales silvestres, que el resto de los otros seres vivos, incluidos nosotros.

Mi última pregunta es más introspectiva, y es si ¿Hay algo que a la larga hubiese hecho diferente sabiendo lo que sabe ahora?

Sí, absolutamente, o sea, yo digo, con la mentalidad que tenemos ahora, 20 años atrás no me hubiese parado nadie, uno es más reflexiva, uno aprende a conocerse mejor, en realidad uno se da cuenta que… A ver cómo te puedo explicar, yo creo que soy la misma, ahora soy la persona digamos más auténtica o yo misma, comparado con diez, quince años atrás, ahora me siento con más confianza de mostrarme tal como soy y por eso te digo, creo que si hubiese hecho las cosas distintas, a lo mejor no me hubiese desesperado tanto, no hubiese sido tan ansiosa y haber entendido que el camino también de estar acá en la U, de trabajar con tanta gente, con tantos estudiantes y todo eso, es como más pausado. Cuando se es más joven, andas acelerado y cuando uno viene entrando al mundo laboral tiene que hacerlas todas, como que el sistema te atrapa. Pero como que llega un momento ya de devolver, ahora ya yo digo no, yo prefiero estar más pausada y que la gente pueda conversar, dedicarle más tiempo de calidad a las personas, pero creo que es un proceso, no sé si no podría haber hecho antes, pero si tú me pregunta ahora, me gusta más como soy ahora que antes. Bueno y antes también mi hijo chico, que los proyectos y la carrera y todo eso, era una feria esto, pero ahora ya es distinto, espero haber sido un aporte y si no, bueno, todavía siempre tratando de mejorar.

¿Qué mensaje les dejaría a las futuras mujeres científicas? A aquellas que se quieren dedicar al área de la ciencia. ¿Qué mensaje le dejaría a aquellas niñas que están proyectando una vida en investigación, en academia?

Yo primero tengo que decirles que se olviden de los estereotipos de los científicos antiguos, donde todo el estereotipo de los científicos es que son personas, como sale ahí en Internet, personas poco amables, que no hablan con nadie, que están encerradas en un laboratorio, que son egocéntricos, y decirles primero que eso no es verdad, o sea, ese estereotipo hay que eliminar, no estamos locos, ni somos infelices, todo lo contrario, somos personas alegres y la ciencia es un trabajo más, la ciencia es un trabajo y es un trabajo muy bonito porque está a servicio de la comunidad. Ahora también es importante difundir la ciencia, eso no es algo raro hoy día. Yo quiero que la gente no se aleje de la ciencia, todo lo contrario, la ciencia es algo que siempre ha estado, es bonito, es entretenido, todos los días son distintos en la ciencia, todos los días tienes algo que aprender y todos los días puedes enseñar algo también, entonces olvidarse de que tienes que ser mal genio, pesado, no hablar con nadie, no es así, uno desde la ciencia está siempre aprendiendo y es algo muy dinámico, entonces yo creo que eso sí siempre me ha molestado, ese estereotipo, ese estereotipo que como que marca a las personas de la ciencia y no es así, somos personas cercanas, amables, nos reímos, tenemos sentido del humor, tenemos días buenos, días malos. Y lo otro es el término de genia “Ay, tu trabajas en laboratorio, ay, eres una genia”, y te lo dicen con un tono como pasivo-agresivo, un tono medio irónico que me carga, es un trabajo más, ya eres genia, ya no hablo contigo, no me gusta eso, creo que eso es una agresividad de alguna forma, entonces no, las personas son así a veces. Uno tiene que ser tal como es, no pensar que porque está en un trabajo uno tiene que dejar de ser la persona que es, porque finalmente eso es lo que queda. Desde la investigación uno genera, genera un aporte, pero es un aporte a la ciencia que tiene un propósito, que es a la sociedad, al medio ambiente, a contribuir en algo, pero eso, no tenerle miedo a la ciencia y no pensar que la gente que está acá es rara o es pesada, todo lo contrario.

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