CRÓNICAVisto 2182 veces — 16 junio 2017

Las características del suelo del desierto, hacen que las lluvias que caigan en gran cantidad y en poco tiempo, escurran fácilmente, provocando inundaciones e incluso, aluviones.

Considerando los recientes eventos climáticos que afectaron a las regiones de Antofagasta y de Atacama, produciendo peligrosos deslizamientos de tierra e incluso aluviones y desbordes de ríos y quebradas, anegando y paralizando ciudades como Taltal y Chañaral, Prensa UA conversó con el director del Centro de Ingeniería en Mitigación de Catástrofes Naturales de la Universidad de Antofagasta, Jorge Van Den Bosch, respecto a las condiciones naturales que hacen posibles estos sucesos.

¿Por qué la Segunda y la Tercera Región parecen ser propensas a los aluviones, y no así, las regiones de Tarapacá, Arica y Parinacota?

El norte de Chile tiene singularidades. Sí uno mira desde Arica hasta Chañaral, existen singularidades.

Comenzando por el norte, Arica posee quebradas activas, felizmente esa zona tiene una recurrencia de precipitaciones más frecuente que nosotros, lo que hace que la gente conozca su procesos, funciona con ellos, ya que saben su temporalidad, la que fluctúa entre 2 y 3 años, por lo tanto, están en conocimiento de los aluviones y crecidas de ríos.

¿Por qué ocurre esto?

Porque ellos están más cerca del centro de baja presión del Amazonas y las lluvias que conocemos como “Invierno Boliviano” los afectan continuamente. En el caso de Iquique, que está más alejado de ese sector, tiene algunas inundaciones, pero sus procesos son más parecido a los de Arica.

¿Y en el caso la zona sur del Desierto de Atacama?

En el caso de la Segunda Región es distinto, las lluvias no son todos los años, por esto sus quebradas son muy secas y la gente se olvida de ellas. Junto a esto, se debe considerar que vivimos en un área donde todas las ciudades están enclavadas bajo la Cordillera de la Costa, lo que hace que cambie la figura, ya que en Antofagasta tenemos 22 quebradas, algunas más en Tocopilla y también en Taltal, las que son muy activas en condiciones de lluvia.

Taltal se ha visto muy afectado en los últimos periodos de precipitaciones ¿a qué se debe?

Taltal se parece mucho a Antofagasta, pero su diferencia radica en que tiene la “Quebrada de Taltal”, la cual es de gran envergadura, y cuando hay grandes lluvias en el desierto, genera aluviones muy potentes.

¿Y en el caso de Chañaral en la Tercera Región?

Chañaral se parece mucho a Taltal, ambas zonas tienen ollas hidrográficas gigantes de verdad, por esto sus aluviones son extremadamente potentes.

¿Qué se debe entender por “Ollas”?

Son los sectores altos en la Cordillera de la Costa, en este caso, donde se colecta el agua lluvia y el barro.Les llamamos así porque la forma de acumulación es muy similar al de una olla doméstica.

En un sentido comparativo, para comprender las dimensiones, hay que considerar que la olla de la quebrada “La Cadena” en Antofagasta, que el año 91 (aluvión) generó más de 90 muertos, tiene 30 kilómetros cuadrados, y las de Chañaral y Taltal sobre 12 mil kilómetros cuadrados.

Los aluviones en Antofagasta son de respuesta rápida al momento de colapsar el nivel máximo, en cambio en las otras dos comunas el retardo puede ser de días, pero su impacto es muchísimo más potente.

Considerando lo anterior ¿cómo es el panorama actual, considerando una mayor frecuencia de precipitaciones en este invierno?

Nosotros, en el Centro de Ingeniería en Mitigación de Catástrofes Naturales, tenemos ciertos pronósticos. Cuando estamos en el periodo que llamamos “entre niños”, que es una etapa en donde no está presente el fenómeno del “Niño” n i la “Niña”, es decir, que no tenemos un tiempo ni de enfriamiento ni de calentamiento, se producen pasos o incursiones de frentes fríos.

En estos procesos, los centros de baja presión en el norte se asocian con algunos del sur y pasan esporádicamente. El problema radica cuando un frente del sur pasa, por nuestra zona, y la cantidad de agua caída es muy alta y cae en muy poco tiempo. Nuestro desierto no está preparado para infiltrar una gran cantidad de precipitaciones en corto tiempo, lo cual produce escurrimientos y eventualmente, los aluviones.

Desde nuestra perspectiva, existe un 30 o 40 % de probabilidad, que nos incursione un frente en el periodo invernal, por lo que hay que estar preprados.

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