CRÓNICAVisto 1229 veces — 18 noviembre 2014

Unidad penal, movilizó todos sus protocolos de emergencia, con el fin de evaluar cuán capacitados se encuentran para enfrentar eventos catastróficos.

Eran las 10.40 horas de la mañana cuando el centinela apostado en el puesto N°1 de la cárcel concesionada se percata de una emanación de humo del sector del módulo 76 de la guardia interna, perteneciente al sector juvenil.

Inmediatamente, y tal como lo establece el procedimiento, se dio aviso de  a la Brigada Especial contra incendios (BECI) del complejo, a la unidad de salud del recinto penal  y a la 5ª compañía de Bomberos de Antofagasta.

Diez minutos más tardes, y como si fuera poco, se enciende otra alerta, un terremoto afectaría la estructura del módulo 51, lo que activó la derivación de todos los servicios al lugar antes señalado.

Todo esto, fue parte de un simulacro realizado por el Centro de Cumplimiento Penitenciario Concesionado (CCPC) de Antofagasta, que tuvo como finalidad fortalecer los conocimientos del personal, en relación a la organización ante un evento crítico; resolver conflictos respecto a la planificación para actuar ante una emergencia tales como incendio o terremoto; evaluar tiempo de respuesta y el actuar del personal de la Guardia interna y armada, así como también poner a prueba la comunicación actual con instituciones externas, en este caso, Bomberos de Antofagasta.

“El equipo de trabajo del C.C.P. Concesionado de Antofagasta”, en el cumplimiento de los objetivos, se destaca el  “Buen Actuar” del personal, debido a que se lograron los objetivos que son primeramente extinguir el amago de incendio en el módulo 76 y segundo dirigirse con eficacia y eficiencia al desastre natural de terremoto con derrumbe, en donde se incluye un fallecido en módulo 51” indicó el jefe de Unidad, Coronel Víctor Provoste Torres.

Con estas acciones, el personal penitenciario de la Unidad Concesionada refuerza su compromiso con la seguridad de su personal y población penal a su cuidado. Si bien es cierto, todavía no es posible predecir o evitar un gran número de las situaciones catastróficas, particularmente aquellas de origen natural, también lo es que con una preparación adecuada es posible minimizar  o anular sus efectos, sobre todo en lo relacionado con la integridad de las personas y la conservación de la vida.

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