SALUDVisto 1444 veces — 10 febrero 2014

Alrededor del 40% de los chilenos sufre stress postvacacional, sin embargo más del 90% de las personas manifiesta algún tipo de trastorno emocional al volver al trabajo, aunque no se manifiesten todos los síntomas de esta enfermedad.

A pesar de que el fin último de las vacaciones es distraerse, desconectarse del trabajo y realizar actividades que durante el año no se pueden llevar a cabo por falta de tiempo u otras razones, más del 90% de los chilenos vuelve estresado a la oficina después de tomarse unos días de descanso. Muchos se preguntarán por qué. La respuesta es simple y tiene que ver con el proceso que la persona debe afrontar tras las vacaciones, el que conlleva readaptarse a las obligaciones laborales y al cambio de estilo de vida que supone volver al trabajo.

Según Paloma Alvear, Management Development Senior Analyst de Randstad, en las vacaciones los hábitos normales que rigen nuestro día a día a lo largo del año suelen ser alterados. Hay más tiempo para compartir con la familia y amigos, para divertirse y para hacer cosas que generalmente en época laboral no se pueden hacer, como salir de viaje, conocer lugares nuevos e ir de fiesta cualquier día de la semana, por ejemplo. Por esto, pensar en volver a la rutina implica un sobreesfuerzo físico, intelectual y/o una tensión emocional para la mayoría de las personas.

Este tipo de stress se manifiesta en irritabilidad, insomnio o tristeza, así como en dolores de cabeza, alteraciones en el apetito o desmotivación, lo que puede generar roces con el equipo de trabajo o afectar el ambiente laboral, síntomas que atacan a alrededor de 40% de los chilenos. Sin embargo, Alvear sostiene que “estas reacciones son normales y que más del 50% de las personas logra recuperarse del stress después de la primera o segunda semana, mientras que alrededor del 40% se adapta al ritmo de trabajo con el paso de un día. Un porcentaje mínimo requiere más tiempo y necesita tratamiento especial”.

Para evitar esta situación, la multinacional de Recursos Humanos entrega algunos consejos. Antes de salir de vacaciones es recomendable dejar el trabajo realizado y adelantar todo lo que se pueda, armar un listado de posibles contingencias con el plan de acción respectivo, los responsables de cada acción y los potenciales voceros, además de avisar a los contactos más habituales (internos y externos) para dejar cerradas las contingencias que pudieran surgir. Durante el periodo de descanso lo ideal es la desintoxicación digital: no pc, celular, mails ni reloj, vivir el momento, hacer todo lo que comúnmente no puede hacer durante el año y darse un espacio para reordenarse mentalmente a nivel personal y familiar, restableciendo prioridades.

Si miramos a otros países podemos decir que el stress postvacacional es una enfermedad que afecta a la sociedad en general. Es más, un estudio de Randstad España arroja que casi son escasas las diferencias de stress en función de la formación académica.

En relación a esta misma investigación, 40% de los empleados de entre 16 y 24 años sufre depresión postvacacional, seguidos de los trabajadores con una franja de edad comprendida entre los 25 y 29 años (41%) y los de 45 y 65 (47%).  Es decir, a mayor edad, más nos cuesta volver a la rutina. En cuanto a géneros, algo más del 60% de los hombres encuestados reconoce no sufrir depresión postvacacional, mientras que entre las mujeres este porcentaje se reduce a poco más del 48%. Esta realidad podríamos extrapolarla perfectamente a la situación que se vive en Chile, sobre todo considerando que ambos países tienen una cultura similar.

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