Periodista de profesión, creativa de nacimiento. Marcela Torres Sarabia desarrolló una carrera en las comunicaciones. Eventos, prensa, comunicaciones corporativas, entre otros, marcan su CV, destacando entre ellos haber sido la Encargada de Comunicaciones de Corfo en Antofagasta, lugar vinculado al emprendimiento e innovación que marcaron su salto a ser independiente. Hoy, de la mano Agencia Creativa Etérea, Marcela se embarcó en una nueva ruta, y es ella quien ahora decidió emprender y crear su propia forma de comunicar.
¿Quién es Marcela? Cuéntanos un poco de ti.
Creo que soy una persona tan diferente a la que tenía 20 años, actualmente tengo 35. A los 27 tuve un cambio de vida, así como que abrí los ojos, aún hay muchas cosas que me chocan y a los 27 dije ¿Por qué tengo que ser mamá a los 30, por qué a los 30 tengo que tener éxito? Recuerdo que me entrevistaron en la licenciatura cuando salí de la universidad, y yo dije “Lo máximo es hacer sentir orgullosos a mis papás”, ni siquiera era mi logro. Entonces creo que a los 27 puedo decir que abrí los ojos y empecé a pensar más en mí. Soy una persona que aprendí en el camino a sacar personalidad. A mí me tiritaban las piernas cuando disertaba en el colegio, nunca fui una persona extrovertida, nunca me vi como una persona extrovertida, siempre pensé que era una persona más bien, no introvertida, pero sí muy tímida. Me gusta, me cuesta un poco y es raro entrar a nuevos círculos sociales. Cuando era chica bailaba, no sé, fui a Bandera al Colegio, fui presidenta de curso, pero siempre me vi a mí misma como una persona que no sabía bien sacar la voz, como que lo hacía porque tenía que demostrar algo, no porque yo quisiera o supiera qué decir. En cambio ahora siento que soy una persona completamente diferente, soy una persona que tiene más claro para dónde quiero ir y tampoco me cuestiono hacia dónde ir.
Tú trabajaste muchos años en CORFO, que es un mundo justamente muy ligado al emprendimiento, a la innovación, a la tecnología. ¿Cómo fue esa experiencia?
Es un antes y un después. O sea, yo estuve siete años en Corfo, y creo que todas las personas que conozco, la personalidad que tengo ahora, las cosas que aprendí en Corfo fueron porque tuve el cargo de comunicaciones. Ahí creo que aprendí demasiado. Corfo es un mundo público tan diferente a lo que piensan los demás, porque uno a veces dice “Ah, los públicos no hacen nada”. Pero creo que Corfo es un nicho, un lugar donde no todos los emprendedores logran llegar. Es más bien, creo que los últimos años ha sido más bien ligado al emprendimiento innovador que al emprendimiento de por sí. Y creo que la palabra correcta es que ellos se dedican a generar emprendimientos que tengan esa cuota de innovación. Y yo no tenía idea de esto, sinceramente antes de entrar con suerte sabía qué era Corfo. O sea, es un mundo completamente nuevo. Muy difícil de entender, porque hay que meterse para entenderlo, hay que estudiarlo, hay que hacerse un rosario (Ríe).
Y antes de llegar a Corfo ¿Qué hacías?
Entré a trabajar a los 22 años. Yo salí a los 22 de la universidad, así que pasé por una productora de eventos que es operativa, no sé, me vi arrastrando sacos de cosas, montando fiestas, limpiando hasta el piso, porque la producción de eventos es así, con las empresas así todos hacen de todo. Luego salté a producción más audiovisual, con una productora audiovisual donde trabajé en corporativo interno y externo, vi también muchos vídeos de seguridad y temas de HC, que en ese entonces se llamaba así, de Minera Escondida. Hice videos para plataformas, trabajé con lo que ahora es Antofagasta Minerals. Conocí el mundo minero a fondo. Y después entré a Corfo el 2017. También tuve peguitas chicas, cuando estuve en Calama también trabajé en ediciones especiales del Mercurio de Calama. Fui también un año y medio corresponsal de la radio BioBio, trabajé en una revista, en una o dos ediciones de una revista de novias que en alguna vez hubo acá en Antofagasta, cosas así.
Pero siempre ligada a lo “más estable”, a depender de alguien más. ¿Y cuándo das tú este salto a decir “Tengo un sueño, quiero esto, quiero saltar a otro mundo”?
Como todos decimos, la pandemia a nosotros nos sacudió mucho. Bueno, yo actualmente tengo una pareja y hace casi cinco años que es empresario, que es emprendedor, que siempre anda pensando en cosas nuevas. Y creo que fue una combinación entre Corfo y entre lo mucho que conversaba con él y como empecé también a crear una mente crítica hacia las empresas, a ver ideas, a que él me contara cosas y yo empezar. Ahí dije “Parece que me gusta, me gusta esto de administrar algo que sea mío y tomar esas decisiones”. Y nada, creo que después de la pandemia ya volver al trabajo presencial no fue lo mismo. Y empecé a buscar ciertas opciones de qué hacer, de qué necesito cambiar, necesitaba hacer otra cosa, ya estaba haciendo lo mismo, sentí que tenía que hacer algo. Bueno, también hice un magíster, creo que eso fue súper determinante. Soy magíster en Dirección de marketing y gestión comercial, y también eso me abrió otro mundo. Lo terminé ahora en enero de este año y conocí gente que trabaja de verdad en el marketing. Me llamó mucho la atención, lo que es el marketing estratégico, que la gente habla mucho de lo que es marketing digital, pero hacia atrás, como la base de lo que es el marketing digital me gusta mucho y que tiene que ver relación también con la creación de empresas, cómo generar ventas y utilizar el marketing digital, utilizar la comunicación.
Marcela cuenta que una vez terminado el magíster, supo que no había vuelta atrás. Lo hablo con sus jefaturas, y que pese al miedo o a los temores iniciales, decidió “Lanzarse a la piscina”. Y que enfrentar a su familia tampoco fue algo fácil.
¿Cómo lo tomó tu entorno, más allá de tu pareja, tus papás, tu familia?
“¿En qué drogas te metiste?” (ríe) Lo que me gusta mucho de mi familia es que creo que cuando yo hablo me escuchan. Y claro, para variar, mi mamá era como la que más me decía así como “estás segura, ¿de verdad estás segura?” porque es mi mamá y tu mamá te cuida, ¿cierto? Pero los demás como que ya me veían igual como baja, porque tu entorno se da cuenta cuando andas baja de energía, entonces todos me decían como “Salte de esa pega, si quieres busca otra, no importa”, porque te ven que no estás en tu mejor momento por así decirlo. Y fue genial, Mi pareja me apoyó, él hace rato me decía salte y haz tu empresa, hazlo. Pero también está el pucha, tampoco quiero que me mantenga porque ¿Y si me va mal al principio? Después me convencí de que lo peor que te puede pasar para emprender es tener que buscar trabajo de nuevo.
Hablando de administrar una empresa, tú ya venías de un mundo en el que la gente más o menos se maneja en eso, van aprendiendo juntos. ¿Pero crees que aún así te faltó saber ciertas cosas? Desde lo administrativo…
Soy periodista, no tenía idea de administrar una empresa, todo eso lo aprendí en Corfo entre comillas. A veces siento que te lo intentan simplificar demasiado, o sea te dicen “Empresa en un día”, y eso cualquier persona lo puede hacer, de verdad es fácil, pero después tienes que ir y hacer el tema de la constitución, formalizarla, iniciar actividades, los impuestos, abrir giro, y ahí ya se pone complicado.
Si, me han comentado que el mundo del Servicio de impuestos internos es súper desconocido
¡Si! Lo que sí, yo junté plata para poder pagar una contadora y dejarlo listo.
Hablábamos de que tu pareja igual es emprendedor, que te apoyó ¿Sientes que es importante armar red?
Es súper importante cuando tu pareja te da, por ejemplo, los espacios para que tú le digas tus problemas y te puedan escuchar, te puedan aconsejar y sobre todo que puedan entender que tú a veces, no sé, tienes que trabajar hasta tarde, sobre todo al principio, porque todo lo hace uno, entonces si tengo que trabajar el sábado o no, o el domingo. Y eso ha sido un buen match con él, porque como él también tiene su empresa, él también entiende muy bien por el proceso que estoy pasando, entonces a veces así como vaya a trabajar y yo también y hacemos pijamada trabajando. Pero eso es lo mejor, eso ha sido súper bueno. Y mis hermanas igual. Tengo una hermana que estudió relaciones públicas y luego psicopedagogía, ahora se está dedicando a la psicopedagogía. Y ella en las primeras actividades le dije “acompáñame, acompáñame porque tengo un audiovisualita y tengo una maestra de ceremonia, yo voy a estar ahí, pero no sé, por si me llama alguien o me llamo un cliente, tengo que salir a mandar un correo, necesito que alguien esté ahí para mirar” “Ya, yo te acompaño”. Entonces esas redes, esas confianzas son súper importantes. Y yo creo que todos los emprendedores debieran juntar plata antes de emprender para tener una contadora de verdad.
Ese es tremendo consejo, y ahondando en ese tema ¿Qué otro consejo le darías a alguien que tiene una idea, que quiere dar el salto pero que no se atreve? ¿Qué le dirías?
Primero, que tenga muy claro en qué es bueno, primero que todo. Creo que es algo que uno tiene que aprender en el emprendimiento, es que uno se enamora de las cosas que hace y a veces no están bien hechas o no son buenas. Entonces acá en Antofagasta aprovechar la red que hay, acercarse a la red, acercarse a los coworks y preguntar y sondear. O también con tus cercanos, “oye sabes que tengo esta idea, ¿qué te parece? Armar el modelo de negocio, aunque sea muy básico, aunque sea llévalo a un papel, a un word o algo y ahí empiezas a evaluar, a preguntar, sea una idea innovadora o sea una idea tradicional, porque mi idea, mi empresa es una empresa tradicional, entonces testea y busca obviamente cuál es tu propuesta de valor, qué te diferencia de los otros que hacen lo mismo, qué me diferencia a mí de las agencias de comunicación y marketing que están acá en Antofagasta. ¿Qué es lo que estoy vendiendo? Y creo que ese es como el principal consejo que daría, porque yo siento que por lo menos yo di un paso muy segura, muy segura de que no quería volver atrás y para eso lo pensé un año, que igual es harto tiempo. Creo que lo que más escuché desde que renuncié fue que era valiente y te juro que nunca pensé que tanta gente me iba a decir eso, y sí, digamos que soy valiente, pero me impresiona que el resto de la gente lo ve así. Creo que nadie me dijo “Oye la cagaste”, nadie. Entonces hay algo en el ambiente que está diciendo que las personas quieren hacer un cambio y ese cambio puede ser emprender y creo que hay que ser valiente, hay que tomar la decisión, pero también tener cuidado y estudiarlo para atrás y no así como a lo loco.
Y tengo la última pregunta, si es que te pudieras ver tí misma, cuando decías tú que tu familia te decía que no estabas en la misma vibra de siempre, que no estabas en la misma sintonía y te tuvieses a ti misma aquí al frente, ¿Qué te dirías?
Que lo lograste. Me diría lo mismo que me dicen los otros, que eres valiente. Que soy valiente, que en realidad eras valiente y que en realidad lograste salir de ahí de un estado de confort. Y ahora probablemente todos los meses tienes un poco de miedo de no llegar a fin de mes, pero tengo que seguir tabajando para mí, para lo que yo quiero lograr y algún día contratar gente, porque eso también para mí es como un signo de éxito o de seguir avanzando con la empresa, no solamente llenarme los bolsillos, creo que contratar gente y hacer que se vaya moviendo, como que es tu hijo la empresa. Entonces le diría eso, le diría que lo lograste, que fuiste valiente.