Mujer reclutaba adictos como “soldados” para su protección

La presencia de un microtraficante en un determinado barrio trae consigo delitos asociados a la venta y al consumo, por lo que no es de extrañar que los habitantes honestos de aquellos sectores se sientan en riesgo.

Por esta razón, durante este año el OS.7 de Antofagasta potenciará su trabajo en este ámbito e ir a los barrios y frenar el microtráfico.

Ejemplo de este trabajo es el procedimiento donde fue detenida La Yoko, una mujer de 27 años, la cual en un inmueble de la población Chimba Alto se dedicaba a la comercialización de pasta base de cocaína y marihuana.

El operativo se gestó luego de diversas diligencias investigativas realizadas por personal especializado del OS.7 de Antofagasta con el fin de establecer el actuar delictual de la mujer, planificándose el allanamiento el cual arrojó como resultado la incautación de más de 500 dosis de marihuana y pasta base de cocaína y de  $ 94.500, producto de la venta.

La mujer, quien quedó en prisión preventiva, además había reclutado a diferentes adictos, quienes a cambio de droga, le prestaban cooperación y protección ante otros traficantes o para alertar la presencia de la policía.

 El Peca

Otro procedimiento que ejemplifica el peligro que reviste la convivencia con un foco de microtráfico es el desarrollado por Carabineros del OS.7 de Antofagasta, efectuado el pasado fin de semana, donde el principal involucrado en el ilícito, conocido como El Peca, se auto infirió un disparo en la zona parietal derecha muriendo en el lugar.

 El sujeto era investigado por personal especializado de Carabineros, estableciéndose que a pesar de haber cumplido diferentes condenas por tráfico y microtráfico de igual forma seguía en el mismo negocio ilícito.

 Entre sus antecedentes contaban delitos por hurto, quebrantamiento de condena, robo con violencia en las personas, robo por sorpresa en grado de frustrado, tráfico ilegal de estupefacientes, tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefacientes, autor de microtráfico ilícito de estupefacientes, además mantenía un orden pendiente de detención por tráfico.  

Al igual que en el caso anterior El Peca, domiciliado en calle Talcahuano reclutaba adictos para que le prestaran protección, transformando el lugar en un foco delictual lo cual aburrió a los vecinos quienes denunciaron su presencia principalmente al 135 fono drogas.